En nuestro México querido, las palabras no se las lleva el viento, sino las balas, es por ello, que las amenazas pueden resultar peligrosas y sumamente intimidatorias.

02 de noviembre de 2023

Internet

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De acuerdo con los últimos informes de organismos internacionales como Reporteros Sin Fronteras o el Comité de Protección de Periodistas, México es uno de los 3 países con mayor incidencia de muerte de periodistas.  De acuerdo con esta última organización, con sede en la Ciudad de Nueva York, en el mundo asesinaron a 67 comunicadores en el 2022, teniendo las cifras más altas países como Haití, Ucrania y nuestro México, donde fueron ultimados 13 trabajadores de los medios de comunicación en ese año y en lo que va del 2023, han muerto 7 comunicadores en ataques violentos.

 

La actividad periodística debe ser vista como un ejercicio de libertad de expresión, pero esa llamada libertad se puede ver amenazada por un arma, por un fusil, así como en una frase pronunciada o una palabra escrita.

 

Los señalamientos hacia la prensa por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador han sido constantes. Por ejemplo, una discrepancia en el número de muertos en Acapulco, Guerrero, ha sido el detonante de los nuevos ataques del Palacio Nacional hacia el denominado “Cuarto Poder”

 

Una advertencia desde el Poder, una amenaza o un simple señalamiento podría sumarse al problema de la violencia hacia los medios de comunicación.

 

En este sentido, el propio hijo del presidente de la República, José Ramón López Beltrán le dedicó un post a la periodista Lourdes Mendoza, luego que ella destacara la presencia del hijo del mandatario y su esposa en el Gran Premio de México de la Fórmula Uno: “Su comportamiento y acciones son un total anacronismo. Debería preocuparse más por su mísera integridad que por meter las narices en asuntos ajenos o propagar chismes.”, se puede leer en la publicación.

 

Aunque López Beltrán puede ser un civil más, es una persona que está relacionada directamente con la presencia del poder más alto de México, en este caso, con el presidente de la República.

 

“Mísera integridad”, dos palabras que al ser unidas pueden convertirse en gasolina que es arrojada a una llama viviente, que aviva el fuego, en vez de apagarlo.

 

En fin, que las palabras se las lleve el viento y no las balas.

 

Información de

Ronald Rojas

Lamentablemente, en múltiples ocasiones, en nuestro querido, diverso y lindo México, las palabras no se las lleva el viento, sino las balas.

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