En 2016, se han registrado ocho homicidios de mujeres en Yucatán

En lo que va del  presente año se han registrado en Yucatán ocho homicidios de mujeres, sólo uno de ellos se investiga como feminicidio, por las características que presenta.

Es el caso de Beatriz Azueta Acosta, una joven de 25 años que padecía de sus facultades mentales, fue encontrada por unas niñas, en un terreno que utiliza el Ayuntamiento de Progreso para tirar escombro.

Los hechos ocurrieron en enero, en ese momento quienes la conocían comentaron que su pareja “Willy” alías “el Malévolo” la golpeaba mucho, y después de la desaparición de Betty, anduvo diciendo que ella lo había dejado y no sabía a donde había ido.

Las muertes no relacionadas de ocho mujeres en el Estado, en los últimos 10 meses, no es referente para establecer una serie de femicidios, ya que estos no se refieren al simple hecho de matar a una persona, en este caso mujer, sino que se caracterizan por el desprecio hacia la mujer.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio, éste se refiere “al asesinato de mujeres por parte de hombres motivados por la misoginia, ya que implican el desprecio y el odio hacia las mujeres".

Los feminicidios, según los expertos, no se trata de un simple crimen pasional “expresan situaciones extremas de violencia contra las mujeres y niñas. Son el extremo de un continuo terror contra ellas, que incluye diversas formas de humillación, abandono, terror y la aceptación de que las mujeres y niñas mueran como resultado de prácticas sociales de desprecio, de maltrato físico y emocional, de hostigamiento, de abuso sexual, y de incesto”.

Los focos se encienden debido a las dudas que quedan entre homicidios y feminicidios, y ante los dos casos más recientes: el primero, una mujer que fue encontrada flotando en las aguas de Telchac, que hasta la fecha permanece en calidad de desconocida, que fue encontrada atada de pies y con evidentes huellas de tortura.

El segundo, la fotógrafa canadiense Bárbara McClatchie que fue asesinada por un taxista, en donde el robo es el motivo aparente.