El silencio no es para los inocentes...
06 de enero de 2017
Ha pasado ya casi la primera semana del 2017 y los Nostradamus económicos no se equivocaron, la precaria la situación de los ciudadanos de a pie ya se refleja en los primeros siete días, muchos cambiaron hasta su menú, modificando carne por algún sustituto, o guardando el auto en ciertos días, y como compartí en otra opinión, comenzaron los tiempos difíciles, pero para que los pagamos los sueldos de los funcionarios, para aquellos que iniciamos el año con impuestos, como el predial, reemplacamineto, y la gota de gasolina que derrama este bazo de zozobra.
Situación que no permea en nuestra clase política, clase que no se si está a la altura de lo que hoy en día pedimos a gritos los mexicanos, servicios de calidad, empleos con salarios justos, verdaderos líderes y no ladrones.
Situación que acentúa más la brecha divisional entre los pocos ricos del país de los millones de mexicanos que a diario si están pensando “hoy que comeremos”
Situación que tampoco justifica los saqueos ocurridos en diferentes puntos de la ya lastimada república, que si es verdad hay que buscar cambios para bien, las luchas se deben de hacer en los escenarios correctos y no con daños colaterales que joden más a una quebradiza economía.
Situación que debe ponernos a pensar que se acerca ya el 2018, y se nos da la oportunidad de elegir a los que posiblemente tengan la oportunidad de enderezar el camino para un mejor avance.
Para hacer un análisis responsable de quien puede tomar las riendas para el bien común y no para luego cobrar favores a corto plazo, que al fin y al cabo somos nosotros los que los ponemos ahí, y podemos evitar el “síndrome de serpientes y escaleras” tirando los dados y cayendo al pozo para luego esperar que otro venga a sacarnos.
Nota escrita por
Rigel Alonzo
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"El síndrome de las serpientes y escaleras"