El silencio no es para los inocentes...

16 de diciembre de 2016

El silencio no es para los inocentes...

La ex atleta olímpica  fue objeto de una golpiza por cuatro hombres   el pasado  domingo cuando se trasladaba de Valle de Bravo a la Ciudad de México, luego de que le dieran un cerrón lo cual provocó la molestia de la legisladora, dio alcance al vehículo para reclamar, acto seguido, la bajaron de la motocicleta para atacarla.

En si la nota cala, sacude, la actitud de estos sujetos es repugnante, pero más repugnante es lo que sucedió después, la propia Ana Gabriela afirmo que luego  de compartir lo sucedido en redes sociales,  así como hubo muestras de apoyo  también  recibió mensajes de hombres  y  mujeres que estaban de acuerdo con la agresión, mensajes ofensivos  como por ejemplo…Te madrearon porque te haces pasar por mujer….agradece que estas fea si no te hubieran secuestrado y violado, pinche marimacho …..Palabras más menos.  

Muy aparte de que se trate de una persona  conocida o  que es legisladora, solo puedo discernir odio, un sentimiento que  puede llevar a una persona a agredir,  herir, lastimar,  o matar.

Pero analicemos desde nuestra casa,  desde Yucatán, donde se registraron asesinatos despiadados en los últimos meses  a personas con una preferencia sexual distinta a los demás, crímenes que terminaron con la vida no de gays si no de personas, de seres humanos, crímenes de odio.

En pleno siglo XXI leer esto me hace sentir que vivo en una sociedad retrograda, hundida en tabúes que fomentan demonios inexistentes,  no se trata de lo que están  haciendo las autoridades, se trata de cómo estamos creciendo como un solo colectivo, de cómo estamos educando a nuestros hijos, que les enseñamos y con qué palabras nos expresamos.

De entender que solo con el respeto al derecho ajeno se vive en paz, de que afortunadamente somos diferentes, para aprender y conocer más.

De que no se trata de blancos o negros, gordos o flacos si no de humanos, seres vivos que sienten y viven.

De no permitir que los estándares de belleza o las llamadas buenas costumbre se vuelvan un lastre.

De que vivir en armonía es crecer con lo que nos rodea y deforestar para vivir. 

 

No tratemos de cambiar mentes mejor fomentemos el respeto y sensibilización. 

Nota escrita por

Rigel Alonzo

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