El silencio de las iglesias

12 de septiembre de 2016

El silencio de las iglesias

En las últimas semanas hemos constatado un inquietante enfrentamiento entre dos maneras de percibir la vida, que podemos agrupar alrededor de dos banderas en el campo de batalla de las redes sociales: #marchamosporlafamilia contra #todossomosfamilia.

Pero, ¿de dónde surge el conflicto? Hace unos meses la Suprema Corte de Justicia de la Nación explicó que el Artículo 1° Constitucional permite el derecho a las personas del mismo sexo a casarse y a los niños el derecho a ser adoptados. Sin embargo, grupos que no quieren identificarse con las iglesias, protestaron, creyendo que esa disposición afectaría al matrimonio religioso, lo cual no es cierto.

Cada creyente tiene el derecho de vivir su fe, con respecto a la doctrina de la iglesia a la que pertenece, lo grave, es que decidieron manifestarse para quitarle a un grupo minoritario los derechos que ganó tras años de lucha y esfuerzo.

El movimiento contra el matrimonio entre las personas del mismo sexo intentó desligarse de las iglesias y del púlpito desde el cual los feligreses fueron adoctrinados, pero la participación de 11 obispos en las marchas que se organizaron el pasado sábado 10 de septiembre en varias ciudades del país, demuestra la participación activa de las iglesias. De paso, es importante decir que la jornada transcurrió en paz.

Es un derecho de todo mexicano marchar para exigir sus derechos lo que cuesta trabajo entender es por qué la iglesia, que se siente ofendida y traicionada, no sale a expresar claramente su dogma y dice de frente a los mexicanos que el matrimonio religioso es entre un hombre y una mujer, que el sexo sólo es permitido con el fin de reproducirse y unir a la pareja, y que toda actividad sexual fuera de esta norma es pecado. 

¿Acaso tendrá miedo de decirlo y parecer anacrónica?

Nota escrita por

Bernardo Laris

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Extraña la argumentación de las iglesias cuando podrían aprovechar los debates para exponer su doctrina

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