¿Cómo se vive el día de muertos en México?
02 de noviembre de 2018
El día de muertos en México es una de las tradiciones más completas, porque incluye varios aspectos culturales, música, color (de las flores), gastronomía, rituales y una gran cantidad de simbología que varía según la región del país en que la celebres.
Con la colonización y la fusión de cosmovisiones y tradiciones, los mexicanos adquirimos la costumbre de colocar ofrendas y de celebrar estas fechas con grandes fiestas. Sin duda, quienes más arraigados están a las tradiciones más puras, por llamarlas de algún modo, son los residentes en Estados de la provincia, quienes se resisten a aceptar la influencia de otras culturas y de festejos como el Halloween.
Este sincretismo entre las tradiciones prehispánicas y las adoptadas pertenecientes a la Iglesia Católica, se destaca en cinco lugares de la República principalmente, estos son:
San Andrés Mixquic, este pueblo está ubicado en la delegación Tláhuac al sur de la Ciudad de México, famoso por su panteón al que cada año acuden miles de mexicanos que ahí celebran el Día de Muertos.
Desde la noche del 1 de noviembre se llevan flores de cepasúchil, comida, calaveras de dulce y veladoras que decoran las tumbas. Es una celebración llena de vida donde grupos tropicales y mariachis adornan con sus cantos lo que en otras circunstancias podría parecer un ambiente lúgubre.
También hay concurso de calaveras de cartón, un cortejo fúnebre; la noche del día 2, se colocan velas en todo el cementerio.
Pátzcuaro y Janitzio, más de 100 mil visitantes se reúnen cada año para los Días de Muertos en este Pueblo Mágico de Michoacán; en estas fechas, se escuchan las campanas que llaman a todas las almas a visitar el panteón, donde se interpretan cantos purépechas que imploran el descanso de los muertos y la felicidad de los vivos.
En sus camposantos, las tumbas se adornan con flores velas y alguna ofrenda que incluye pan dulce, frutas y cacahuates.
Ocotepec, en este lugar ubicado en Cuernavaca, Morelos, las noches del 31 de octubre y 1 de noviembre se realiza una procesión con rumbo al cementerio, donde una vez llegados a las tumbas, se sientan a un lado a comer.
La limpieza de tumbas y colocación de altares se realiza unos días antes, y se le llama “Ofrendas Nuevas”, porque son en honor a los difuntos que fallecieron en el último año; se recrea el cuerpo del difunto y se le viste con ropas nuevas, huarache y sombrero, o rebozo. Cerca de la cabeza se colocan calaveras de dulce, si son adultos se les ofrenda comida, si son niños, se les pone juguetes y dulces.
Huaquechula, a unos 45 minutos de Puebla, en uno de los lugares donde se puede observar el sincretismo cultural en la celebración del Día de Muertos.
Con la llegada de los españoles, se tomó la costumbre de que el día primero se coloquen ofrendas monumentales con varios niveles: en el primero, el inferior, se representa al mundo terrenal, donde se coloca la comida, lo que le gustaba al difunto y la imagen de este reflejada en un espejo; en el segundo nivel se colocan imágenes de ángeles o santos; el tercer nivel, o superior, se pone un crucifijo que representa la cúspide celestial.
A las dos de la tarde, suenan las campanas para anunciar la llegada de las almas, para lo que se ha preparado un camino con flores de cempasúchil para guiarlas.
El 2 de noviembre es el día para visitar los cementerios, se les lleva flores, y se acostumbra sahumar con incienso y copal.
Xantolo en Tehuetlán, es un pequeño poblado en la Huasteca Potosina, en San Luis Potosí, ahí, la celebración del Día de Muertos tiene una duración de cinco días en los que predomina la música, danza, comida y cantos.
Los nahuas y teenek forman un altar que se conoce como “arco”, conformado con cuatro varas de madera que representan las etapas de la vida de una persona, estas se doblan en dos arcos cubiertos por travesaños que representan los ritos mitológicos por los que el alma tiene que pasar para purificarse.
El 31 de octubre comienzan los festejos, ya que se cree que ese día es cuando llegan las almas de los niños, por lo que se les ofrece su comida favorita; el 1 de noviembre se realizan los rezos, alabanzas y cánticos en honor a los fallecidos, al día siguiente, los pobladores llevan las ofrendas a los panteones y se decoran las tumbas con flores
Nota escrita por
Subiria Duarte
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Estas son la gastronomía, música y color con el que se recuerda a los fieles difuntos