Alumbran el camino de las ánimas para que regresen al pueblo
01 de noviembre de 2012
Aunque la esencia profunda del Hanal Pixán o Comidas de la Ánimas es la trascendencia o inmortalidad del alma, cada pueblo de Yucatán recrea la visita de los espíritus de sus ancestros fallecidos de forma muy particular.
En Chacsinkín, el 8 de noviembre las familias del pueblo acostumbran a alumbrar simbólicamente el camino de las almas, que en su mente de fe regresan al pueblo a visitar a sus parientes vivos, indica la señora Gloria Jesús Borges.
“En ochos día es lo del Bish que dicen, en mi pueblo se acotumbra a que se pongan velas en las puertas, en las albarradas, en los muros de las casas les ponen las velas para alumbrarles el camino, para que se regresen” comentó.
Desde la época de la civilización maya, las familias yucatecas colocan en la muñeca de los infantes un hilo como señal que los chiquitos de la casa pertenecen al mundo de los vivos. Se pone un hilo negro a los niños y un hilo rojo a las niñas, explica doña Gloria Jesús Borges, originaria de Chacsinkín.
“Sí porque según la tradición, si tu estas maltratando a un niño cuando vienen las animas de los niños, se llevan también al niño, que no tiene la señal, porque desde que tu tengas puesto la señal al niño, quiere decir que es querido por la familia, no lo llevan pero el que no tiene, entonces como que no lo toman en cuenta” indicó.
Sobre los coloridos y nuevos manteles de hilo contado para las mesas de las ánimas, las amas de casa del Mayab colocan objetos que espiritualmente tienen un significado especial, como la cruz de madera verde que simboliza al árbol sagrado o de la vida de los mayas: El Yaxché.
“Lo del agua, se pone porque significa la vida esos son recuerdos de nuestros antepasados y que en el futuro hay vida también, pero en todos los rezos siempre se pone una jicarita lleno de agua y eso significa la vida” señaló.
El Hanal Pixán es una celebración para invitar a comer a las ánimas. EL banquete es la forma más especial para halagar a un ser querido en Yucatán.
“La comida y los dulces es para deleitar al anima que nos visita, se pone relleno negro para las animas grandes, puchero para los chicos porque lleva verduras y escabeche para el ánima sola” recalcó.
Cada pueblo de Yucatán recrea la visita de sus ancestros fallecidos de forma muy particular, como en Chacsinkin, donde ponen velas en albarradas.