Alumbran el camino de las animas para que regresen al pueblo
29 de octubre de 2013
Aunque la esencia profunda del Hanal Pixán o Comidas de la Ánimas es la trascendencia o inmortalidad del alma, cada pueblo de Yucatán recrea la visita de los espíritus de sus ancestros fallecidos de forma muy particular.
En Chacsinkín, el 8 de noviembre las familias del pueblo acostumbran a alumbrar simbólicamente el camino de las almas, que en su mente de fe regresan al pueblo a visitar a sus parientes vivos, indica la señora Gloria Jesús Borges.
Desde la época de la civilización maya, las familias yucatecas colocan en la muñeca de los infantes un hilo como señal que los chiquitos de la casa pertenecen al mundo de los vivos. Se pone un hilo negro a los niños y un hilo rojo a las niñas, explica doña Gloria Jesús Borges, originaria de Chacsinkín.
Sobre los coloridos y nuevos manteles de hilo contado para las mesas de las ánimas, las amas de casa del Mayab colocan objetos que espiritualmente tienen un significado especial, como la cruz de madera verde que simboliza al árbol sagrado o de la vida de los mayas: El Yaxché.
El Hanal Pixán es una celebración para invitar a comer a las ánimas. EL banquete es la forma más especial para halagar a un ser querido en Yucatán.
Cada pueblo de Yucatán recrea la visita de sus ancestros fallecidos de forma muy particular, como en Chacsinkin, donde ponen velas en albarradas.