A últimas fechas aumentó el número de secuestros en el Estado

A últimas fechas han aumentado los secuestros en el Estado, o al menos los rumores al respecto. Este fin de semana trascendió que en Quintana Roo fue frustrado el secuestro de una yucateca; que desapareció una chica de 17 años de Chuburná, y que en San Benito fue levantado un joven al que luego liberaron en el fraccionamiento Juan Pablo de esta capital.

La Fiscalía del Estado informó que esclareció el reporte de secuestro en Cozumel de Patricia Zapata Leal, 25 años de edad. La familia recibió una llamada telefónica en la que le solicitan 100 mil pesos a cambio de no hacerle daño a la joven, por lo que reportaron los hecho a la Fiscalía del Estado que a su vez solicitó la intervención de las autoridades de Quintana Roo, que hallaron a la plagiada en un hotel.

Por otra parte, en Progreso, Sandra May Cab solicitó el auxilio de las autoridades para localizar a su hija Sandy Lissete Naal May, quien desapareció el pasado jueves, y temía haya sido secuestrada. La chica, de 17 años, vive en Chuburná Puerto y al desaparecer portaba el uniforme del Centro de Estudios Tecnológicos del Mar (CETMAR).

Sandy salió de su casa el jueves pasado a las 6 de la mañana, abordó un camión rumbo a su escuela, pero no llegó a su destino. La chica tiene novio, pero éste asegura que no sabe nada de ella.

La madre pudo averiguar que un día antes de que su hija desapareciera fue vista forcejeando con un fuereño quien la jaloneaba en la estación de taxis colectivos de la calle 82 con 29, y que en Chuburná, un sujeto que llegó al puerto para trabajar en la pesca de pulpo acosaba a la menor y piensa que puede tratarse de la misma persona.

Sin embargo, el viernes a las 7 de la noche recibió una llamada del número 982-11-51-16-57 en la que le dijeron que “no se preocupara por Sandy, que ella estaba bien”. Ha intentado comunicarse al mismo teléfono, que suena y suena y nadie contesta.

En cuanto al joven de San Benito sólo se sabe que fue levantado por unos desconocidos quienes intentaron robarle pero sólo tenía en las bolsas 300 pesos, pues ese día si quiera cargó con su celular.

Al parecer, frustrados por el pequeño botín, el o los captores estuvieron dando vueltas por distintos rumbos de la ciudad y al no obtener información válida para conseguir algo más lucrativo optaron por dejar al joven en el fraccionamiento Juan Pablo II.