A Joseph y a Sara los une la muerte; uno por héroe y ella por no pensar igual

Las historias que les compartiré ahora son tan distintas,  sin embargo  las une un hilo funesto, la muerte.

En internet circulan dos casos, el primero un joven de nombre Joseph Gómez González  de 19 años  de edad, originario de Brownsville, Texas. Murió tras rescatar a un menor que era arrastrado por la corriente en las aguas de Playa Bagdad, en Matamoros, Tamaulipas.

El otro caso sucedido en Antioquia, Colombia. Sara Millerey, una mujer trans a quien le rompieron sus brazos y  piernas,  después  fue lanzada a un río para que se ahogara; alguien grabó los últimos minutos de Sara, pero no para ayudar, simplemente para subir a la red y hacerla viral. Esto nos hace pensar que no fueron humanos los que lo hicieron.

Joseph murió por su heroísmo y a Sarah la mataron por no pensar igual por no sentirse “él”.

Sería inútil pensar que en el mundo no existe la maldad y la desigualdad, pero ningún motivo es válido para que la propia especie se asesine con tal saña por opinar diferente.

Debemos saber que entre humanos debe siempre existir el respeto, sabias palabras acuñadas  por el llamado benemérito de las Américas Benito Juárez: “El respeto al derecho ajeno, es la paz”. Hoy, más que nunca, se deben poner en práctica estas palabras por el bien de la humanidad.

Descanse en paz el héroe Joseph y descanse en paz ella, Sara Millerey.