"Yo ayudé al homicida de Tahdziú..."

03 de septiembre de 2018

"Yo ayudé al homicida de Tahdziú..."

Caía la tarde, como todas las tardes en el pueblo, donde no sucede nada. Una brecha de unos 80 metros rodeada de matorrales y de soledad, donde los pasos, por pequeños que fueren, llaman la atención en medio del silencio. Sólo se escucha el infantil desplazamiento sobre el camino y, un corazón que late fuerte, impulsado por un deseo irracional.

Fueron tal vez segundos, quizá minutos que habrían pasado como una eternidad, para una, y como fugaz vuelo para otro. En un abrir y cerrar de ojos ella había sido violada, golpeada y estrangulada; el, dudo que haya satisfecho sus instintos, pero sí había segado una vida, y condenado otra: la suya.

Ella, de apenas 6 años, nunca imaginó lo que ha ocurrido y él, posiblemente víctima de diversas circunstancias, se había convertido en victimario. Ha este mundo no llegamos con la marca de buenos o malos, cada quien forja su destino con mayor o menor dificultad.

Tahdzíu, famoso en la lista de los pueblos más pobre de México, hoy llora a  Ana Cristina Gutiérrez, la más pequeña víctima de un feminicida en Yucatán, y Yucatán debe analizar con seriedad qué llevo a Carlos Felipe a cometer tan atroz asesinato por el que podría pagar la máxima condena de 50 años de cárcel.

¿Será que los escasos 19 años de edad del presunto asesino transcurrieron en el seno de una familia funcional, apegada a valores, que sirviera de ejemplo en la conducta; que la escuela haya sido guía y respaldo en su formación y educación cívica y moral, o que el contexto en que Carlos Felipe se desarrolló haya sido sano?

Es posible, como comenta la gente en Tahdziú, que el joven presunto homicida provenga de una familia que hizo a un lado los valores esenciales de la convivencia, y cuyos miembros se distinguen por violentos, por su relación con las drogas prohibidas y por su ausencia absoluta de educación y buenos modales.

Pero, si así fuera, ¿quién es capaz de tirar la primera piedra? Existen políticas públicas preventivas suficientes y eficientes para la formación integral de los niños en las escuelas? ¿La sociedad en su conjunto es sinónimo de buenas costumbres, ejemplo de honradez y paz?

¿Hemos sido capaces de enfrentarnos a nosotros mismos para desterrar de nuestras vidas la violencia física, psicológica, sexual, económica, patrimonial, simbólica e incluso doméstica, que practicamos como si no fueran una afectación de los derechos de quienes nos rodean?

Es posible que Carlos Felipe purgue una condena muy merecida por su crimen, pero también es cierto que hubo a su alrededor muchos factores que influyeron en su conducta y lo acompañaron a apretarle el cuello a Ana Cristina. Hagamos un poquito más de esfuerzo personal, sociedad y autoridades, pare prevenir nuevas muertes y no continuar siendo partícipes con nuestro actuar o nuestras omisiones.

Nota escrita por

Manuel Triay

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