Unidad y respeto, legado de Víctor Cervera

19 de agosto de 2016

Unidad y respeto, legado de Víctor Cervera

Con un llamado a mantener la unidad, el respeto y la humildad hacia la sociedad, así como a ser autocríticos en el trabajo, se conmemoró el XII aniversario luctuoso de quien fuera gobernador de Yucatán, Víctor Manuel Cervera Pacheco.

En sendos homenajes realizados en el Panteón Florido y la Casa del Pueblo, a los que asistió el secretario General de Gobierno, Roberto Rodríguez Asaf, los hijos del ex titular del Ejecutivo, Felipe y Víctor Cervera Hernández, recordaron el legado de su padre como un hombre que siempre estaba para escuchar y, sobre todo, solucionar los problemas de la gente sin dejar a nadie a su suerte.

Luego de rememorar los programas y grandes obras que impulsó el mandatario para mejorar la calidad de vida de la población más necesitada del estado, tal y como se ha hecho en los últimos ocho años, la familia Cervera Hernández y Rodríguez Asaf colocaron una ofrenda floral y montaron guardia de honor en el busto del homenajeado.

En su turno, el titular de la Secretaría de Investigación, Innovación y Educación Superior (Siies), Raúl Godoy Montañez, recordó la transformación del nivel superior y de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en la administración de Cervera Pacheco.

Durante la ceremonia en la Casa del Pueblo, Felipe Cervera Hernández reiteró que es obligación de los gobiernos mantener la unidad, no por interés político sino por el futuro de la entidad y del país.

Ante familiares, amigos y políticos que acudieron al encuentro y compartieron algunos episodios memorables de la vida del líder, el también diputado federal subrayó que, al igual que su padre, es necesario valorar desde las pequeñas hasta las grandes obras que se realizan por la gente, “con dignidad, unidad, firmeza y fortaleza, pero sobre todo, por el bien de Yucatán”.

 

Previo a la ceremonia, Rodríguez Asaf acompañó a la viuda de Cervera Pacheco, Amira Hernández Guerra, así como a sus hijas, hijos y nietos, hacia el Panteón Florido, donde cada año desde su fallecimiento el 18 de agosto de 2004, se realiza una celebración eucarística, la cual fue oficiada en esta ocasión por el arzobispo emérito, Emilio Carlos Berlie Belaunzarán.

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