Una lista interminable de catastróficos fines del mundo que nunca llegan
21 de diciembre de 2012
El miedo a la muerte, o más bien a vivir la vida, ha motivado al ser humano desde hace miles de años a imaginar el fin del mundo, temor inconsciente que nunca se ha realizado, pero que engorda el bolsillo de publicistas apocalípticos que en esta vez inventaron lúgubres profetas mayas, que seguramente no serán los últimos en un catálogo de anuncios catastróficos que nunca han llegado.
Religiosos, científicos, psíquicos, videntes, astrólogos y, por supuesto, astutos y manipuladores desequilibrados mentales de sectas, han puesto su granito de arena en el mar de predicciones de plagas, calamidades naturales o incluso invasiones de origen extraterrestre.
¿Cuántas veces se ha avisado del fin del mundo? En la Edad Media, el papa Inocencio III tenía la obsesión en que la Bestia atacaría el mundo 666 años después del reinado del Islam. Sin embargo, no pasó nada en 1284.
No se puede hablar de la extinción de la humanidad sin mencionar a Nostradamus, médico y astrónomo de origen judío del Renacimiento a quien le atribuyen también un trágico vaticinio.
El notable matemático John Napier cayó en la tentación de predecir el Apocalipsis en 1688, vaticinios que tampoco se cumplieron.
En 1910, la aparición del cometa Haley activó el fanatismo en el mundo entero, desde entonces líderes de sectas han aprovechado las psicosis para agrandar sus cuentas de banco a costa de estafados miembros de sus iglesias. Hay una religión que no ha dejado dar sus pronósticos, como si la fecha final fuera una apuesta lotería.
Los “findelmundistas” tuvieron su agosto en vísperas del año 2000. Predecían el día del juicio final para el 1 de enero. Sin embargo, la vida ha seguido su curso normal.
La lista de paranoides profecías de calamidades en el planeta sería interminable. El último fin de los tiempos se lo atribuyen a los sacerdotes mayas. Lo más cierto de todo es que el cálculo más acertado del fin del mundo será cuando uno se muera.
Religiosos, científicos, psíquicos, videntes, astrólogos y, por supuesto, astutos y manipuladores desequilibrados mentales de sectas, han puesto su granito de arena en el mar de predicciones.