Tomar agua constantemente del grifo podría generar afectaciones en la salud

En muchas ocasiones la discusión de la situación del agua en Yucatán se basa en si está contaminada o no, sin explicar de qué se trata esa supuesta contaminación y sus efectos en la salud de los habitantes de la entidad.

En ese sentido, el maestro investigador en el campo de la salud de la Universidad Autónoma de Yucatán, Javier Humberto Perera Ríos, explicó este tema con asuntos cotidianos para que la ciudadanía pueda realmente entender este complejo tema con actividades de la vida diaria, como, por ejemplo, tomar agua del grifo.

“Muchos estudios puntuales en diferentes comunidades han evidenciado la presencia de ciertos tóxicos, incluso en el agua de consumo. Esto no quiere decir que sea generalizado en todos los grifos de Yucatán, también existe la presencia de estos tóxicos como en cenotes, sedimentos marinos, en las tomas municipales.”

Perera Ríos, aclaró que una ingesta situacional o esporádica del agua que sale de los grifos de las casas no causaría efectos en la salud, pero esa previsión cambiaría si el consumo es constante.

“Vemos esto recurrente en el agua y si la gente la toma de manera constante por un largo tiempo, ahí puede haber algunos efectos en la salud o viceversa, si nosotros con las actividades antropogénicas que son las actividades laborales de todos los días, esas actividades por un largo tiempo pudiera ser crónico que pudiese estar contaminando el agua de Yucatán.”

Es debido a esto que el investigador de la UADY explicó que también es importante no contaminar el suelo en Yucatán, con los depósitos de basura o rellenos sanitarios, al argumentar que el suelo del estado actúa como una esponja.

“Este tipo de suelo de Yucatán, se llama roca kárstica que es altamente porosa, esa porosidad la de cierta permeabilidad que nos protege para algunas cosas, pero con la filtración de agua no genera estas cosas. Por esas actividades antropogénicas que contaminan el agua esto llega más rápido al manto freático, lo otro son las corrientes submarinas que en un algún punto donde se detectó un elemento tóxico puedan encontrarse en otros depósitos de agua.”

En una próxima entrega, Perera Ríos explicará el intercambio de agua que se produce entre el manto freático y el agua de la costa yucateca.