Tizimín: La rama, tradición que no se pierde en la niñez.

Desde que inició el mes de diciembre, seguramente usted ha escuchado esto en la puerta de su casa:

“Me paro en la puerta, me quito el sombrero porque en esta casa vive un caballero, vive un caballero, vive un general, si nos da permiso para…”

Así es, la rama. En Tizimín esta tradición pre-navideña no se ha perdido. Grupos de niños en varias colonias salen, en la mayoría de las veces, con un gajo de limonaria adornado con unos cuantos globos y pedazos de cola de gato, caminando de casa en casa y cantando “la rama” para ganarse unos pesos.

La música, son sus voces y a veces utilizan un lata o envases de plástico rellenas con algunas piedrecillas o granos de frijol, maíz o arroz, cargando una imagen religiosa.

En el Centro pueden observarse a varios grupos de niños cantar, que juntan entre 50 y 60 pesos una noche, mismos que se dividen entre ellos para comprarse alguna golosina. Otros para gastarlo en algún juguete o simplemente, se lo ahorran.

Si usted escucha en la puerta de su casa a estos niños cantar, no les cierre la puerta ni haga como que no escuchó algo para negarse a darles un peso, porque ellos lo hacen por diversión y esperan gratamente ser recompensados.

“Ya se va la rama muy agradecida porque en esta casa fue bien recibida”

Si no tiene dinero menudo en ese momento, puede darles algo para comer en el camino o regalarles ropa que ya no use, la mayoría de estos niños son de escasos recursos y lo necesitan. Pero si de plano no tiene algo para dar, mínimo salga a felicitarlos o a alentarlos, de lo contrario, ellos se quitarían de la puerta de su casa también cantando.

“Ya se va la rama muy cara de alambre porque esta casa se mueren de hambre”

Noticieros Cadena RASA, Fidel Dzib.