Sus propios testigos hunden más a Enrique Lara

01 de agosto de 2016

Sus propios testigos hunden más a Enrique Lara

Testigos ofrecidos por la propia defensa hacen coincidir los tiempos y parecen avalar que el inculpado Enrique Lara González se ocupó el 18 de agosto de 2014 de recoger dos aires acondicionados en Plaza Las Américas y luego asistió a una reunión de psiquiátras, quizá en la misma camioneta propiedad del doctor Felipe Triay Peniche, a quien tres días habría dado muerte.

El primer testigo en la ronda de este jueves fue el Dr. José Luis Guerra, quien manifestó que él y otros integrantes de la directiva del Colegio de Psiquiatras del Estado tenían un grupo de whatsapp y el 18 de agosto de 2014 Lara González les envió un mensaje invitándolos a una reunión ese mismo día a las 20:30 horas en el Restaurante Vips de la Macroplaza y, como era costumbre de todos llegar cuando menos con media hora de retraso, él llegó a las 9.

Manifestó que no le consta cómo llegó a la cita Lara González ni cómo se retiró, por lo que su testimonio no tiene valor probatorio ya que no aporta absolutamente nada al caso.

Después compareció Sergio Suárez Murillo, quien en agosto de 2014 era representante de los laboratorios PISA y a quien Lara invito vía whatsapp a la reunión de psiquiatras. Dijo que él llegó primero y que su anfitrión lo hizo como a las 20:50 ó 20:55 horas.

Como se recordará, hay evidencias y testimonios de que Lara fue a recoger los equipos de aire acondicionado que había adquirido un día antes en la tienda Bomsa de Plaza Las Américas precisamente el lunes 18 de agosto de 2014 a las 8 pm, que es precisamente la hora de cierre, por lo que el testimonio de Suárez Murillo corrobora la oportunidad que tuvo el inculpado de recoger los aires acondicionados y después irse directo a su cita en el propio vehículo del Dr. Triay Peniche al que los había subido o, bien dado el tiempo disponibles, pudo incluso llevarle la camioneta del Dr. Triay a Pablo Santos, dejarla en su domicilio de la Colonia García Ginerés y tomar su propio vehículo para irse a su cita, lo que no se podrá saber, ya que ninguno de los que lo acompañaron en aquella ocasión y que ahora son sus testigos, lo vio llegar y retirarse.

Por último compareció Ramiro Antonio Ricalde Aguirre, quien a decir dijo ser licenciado en Informática pero que aún no se ha titulado ni tiene cédula profesional que le permita ejercer esa profesión. El fue ofrecido por la defensa como perito en informática y se refirió a unas copias de seguridad que elaboró de las conversaciones por whatsapp entre Lara y el Dr. José Luis Guerra, así como de Lara con Sergio Suárez.

Manifestó que el supuesto dictamen informativo lo realizó yendo a casa de los sujetos de estudio sin que precisará la fecha, aunque el dictamen es del 21 de julio de 2015 y que lo elaboró a petición de la licenciada Patricia Castro González, quien es defensora de Lara; reconoció que en esa diligencia no estuvieron presentes ni los representantes de la Fiscalía, ni la propia abogada Castro.

Por último reconoció que su “dictamen informático” en realidad se trata de una serie de fotografías tomadas a las pantallas de los celulares propiedad de los interesados y que dichas fotos por su naturaleza pueden ser totalmente editables y manipuladas.

 

En ese orden de ideas, la Fiscalía hizo notar que el compareciente no tiene título que avale la profesión que dice tener, ni cedula profesional que le permita ejercer la misma y que, además, está registrado ante el Sistema de Administración Tributaria como propietario de un negocio denominado Compucell, mismo que se dedica a la compra y venta de computadoras; por lo que no puede autodenominarse “perito en informática”.

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