Se recuerda la entrada del Ejercito Trigarante a la ciudad de México.

La consumación de la Independencia de México ocurrió el 27 de septiembre de 1821, fecha en que entró a la capital de lo que fue el virreinato de Nueva España, el Ejército Trigarante (de las tres garantías: religión, patria, libertad) yendo al frente el general en jefe Agustín de Iturbide. Se logró después de once años y once días de lucha, pues el inicio, que fue el Grito de Dolores, ocurrió el 16 de septiembre de 1810. Para la Ciudad de México fue experiencia inolvidable: nunca se había visto una columna de 16,000 hombres.

Iturbide marchó al frente de la columna, vestido con calculada austeridad, montado en gran caballo negro, rodeado de su Estado Mayor, arrogante como estatua romana. En su sombrero -único detalle de refinamiento- portaba tres plumas bella¬mente montadas y con colores trigarantes astutamente elegidos: verde, blanco, rojo...

Así llegó Iturbide hasta el centro de la ciudad y se detuvo frente a Palacio. En todo el trayecto su caballo había caminado sobre una espesa alfombra de flores que, en el clímax de aquel día, el pueblo arrojaba a su paso y al de sus soldados.