Riesgo de accidentes por paredes inclinadas en el centro de Tizimín

Dos señaléticas con la leyenda "Precaución" no son suficientes para impedir el paso de las personas sobre parte de la acera que comprende la calle 48 entre 53 y 55, del centro, donde una pared de mampostería está a punto de caer.

Además de ser una calle altamente transitada, a un costado se ubica la entrada de un estacionamiento por lo que la gente se ve obligada a caminar por ahí.

Las autoridades mandaron a colocar las señaléticas, inclusive les amarraron unas cintas amarillas a los extremos para impedir el paso, pero con el tiempo se quitaron, se hicieron a un lado los letreros y la gente pasa como si nada.

Las fuertes lluvias pudieran provocar un derrumbe de esa pared visiblemente inclinada, no solo por lo añeja sino porque un árbol de cedro crece en medio de la casa abandonada y sus ramas empujan las piedras cada vez más.

Este riesgo también puede suceder en otro punto céntrico de la ciudad, en la esquina de la 53 por 46-A; es una casa abandonada cuyo techo cayó hace un par de años y sus paredes de mampostería también están inclinadas.

Quienes pasan por debajo o cerca de estos sitios pueden inesperadamente perder la vida, así que tenga mucho cuidado.

Al parecer el INAH no permite que estas deplorables construcciones sean derruidas a menos que haya un permiso de por medio, por lo que la autoridad local se limita a poner un letrero de precaución.

En Tizimín hay varias casas o lugares sin usar; el paso del tiempo las deteriora y los espacios son aprovechados por malandros o bebedores consuetudinarios; sus patios llenos de maleza se convierten en nido de víboras o animales ponzoñosos que afectan a los vecinos.