Regina, la basura y los baches

22 de agosto de 2012

Regina, la basura y los baches

Llegó la Regina como todos los viernes, con ese florido lenguaje corporal que la caracteriza. Se agradece a la institución matrimonial que no haya considerado como una regla, la castidad óptica. Uno de los vecinos que siempre la espera sólo para poderla ver, me decía convencido, que la reproducción es sin duda, el daño colateral del placer sexual. “¿Cómo te ha ido esta semana, Regina?” “Pues más o menos, Don. Haciendo corajes con los que no recogen la basura. Cada día está peor la calle. Esto de vivir entre baches y basura lo hace sentir a uno más pobre”. “Nos hace más pobres, Regina. El Ayuntamiento sólo está administrando problemas, no resolviéndolos. Ya van de salida y parece que la poca energía que les queda, será sólo para batirse en retirada”. “Además son muy malos los del camión de basura. Ayer cuando ya había pasado el camión, salió mi mamá corriendo como pudo con la bolsa de la basura y se encontró a uno de los del camión y le dijo: 'Joven, ¿llegué tarde para la basura?' El grosero le contestó: 'No se preocupe doña, en cuanto dé la vuelta pega un brinco y se sube al camión'. ¿Lo puede creer?” “Y no son los únicos problemas que dejan, Regina. Si yo fuera el alcalde electo, exigiría un recuento de votos”. “¿Cómo cuánta gente trabaja en el Ayuntamiento, Don”. “Pues por lo que se ve, creo que la mitad”. “Ya viene el otro partido, Don”. “Las administraciones van y vienen, Regina. Tenemos que entender como ciudadanos, que lo más importante de todo es exigir y garantizar que la maquinaria siempre funcione y que tengamos un mapa de a dónde vamos. Cuando lo logremos, el chofer será lo de menos. El mejor gobierno será aquel que nos enseñe a autogobernarnos. Espero que algún día lo logremos, Regina”.

@glambarry

Por: Gastón Lambarry

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