"Qué envidia México, pero como te quiero..."
24 de mayo de 2018
Qué envidia te tengo México y no lo digo en forma negativa, al contrario, lo expreso porque vivir en esta nación me hace sentir un afortunado de la vida, o como diría el viejo sonero Ismael Rivera, me hace ser feliz como “un cheque pagadero al portador”, cuando camino por estas calles yucatecas.
Se me hace muy difícil en no caer en las tediosas comparaciones con mi patria de origen, Venezuela. México tiene una exquisita democracia, un ejercicio de libertad que quisieran tener países como el ya mencionado, Venezuela o Cuba y Nicaragua, entre otras naciones. Para justificar mi comentario me remonto a las últimas semanas.
El domingo pasado veía el debate entre los candidatos a la presidencia de la República. Pude apreciar expresiones que calan entre los ciudadanos como “Ricky Rickyn”, o sacar la cartera, encarar a un candidato, hablar de brazos mochados, o cualquier otra. Aunque sean expresiones populistas o no, es un ejercicio de libertad, que los aspirantes a gobernar un país puedan verse las caras y debatir las ideas y mostrar sus propuestas ante una nación.
En paralelo, ese día, en Venezuela, se llevó a cabo una elección presidencial con calles vacías, con una abstención que de acuerdo con el Guipo de Lima fue del 82 por ciento y con un árbitro electoral encarnado en Tibisay Lucena, quien tiene sanciones y bienes congelados en otros países como Suiza. Ambas naciones comparten el Mar Caribe pero representan dos mundos distintos.
Me disculpan por llevar este trabajo al tema personal, pero la semana pasada como parte de mis obligaciones como reportero, tuve que cubrir la inauguración de tres plantas de la empresa Kekén, con las que van exportar carne de cerdo a Sur América y Europa. El acto estuvo encabezado por el gobernador del Estado, Rolando Zapata Bello, quien ha reiterado que la labor del Gobierno es crear un ambiente cordial que permita inversiones privadas en la entidad.
También, en paralelo, en Venezuela, la empresa internacional Kellogs abandonaba el país y anunciaba el cese de operaciones. Asimismo, esta semana, Aserca Airlines, aerolínea venezolana, también anunciaba el fin de su trabajo.
Insisto, hoy en día veo con ojos distintos a estos dos países, donde nací y este que me abrió las puertas. Con el permiso del auditorio, tienen una democracia y un país que pueden presumir.
Volviendo a colocar a otro sonero sobre la mesa, Rubén Blades dice que la patria son los recuerdos, son las viejas paredes del barrio. Esos, no los puedo borrar de mi mente de mi patria Venezuela, ya lo tengo definido. Pero mis ojos, mi aire, mi mundo, es decir mi hijo, aunque nació en la tierra de Bolívar, por el momento sus memorias se están forjando con la ruta en bicicleta por Paseo de Montejo, con la playa de Progreso y siguiendo las palomas en la Plaza Grande.
Gracias México por ser su Patria, cuida tus tesoros y nunca negocie tu bella libertad…
Nota escrita por
Ronald Rojas
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