Psiquiátrico en manos del Gobierno federal
25 de agosto de 2016
Virginia González Torres, secretaria técnica del Consejo Nacional de Salud Mental, dará posesión al nuevo personal directivo del Hospital Psiquiátrico Yucatán, que ya fue transferido del Gobierno estatal al federal, según fuentes bien informadas.
Al parecer, el Hospital Psiquiátrico Yucatán forma parte ya de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud Federal y esa transferencia obedece a las diferencias entre la señora González Torres y el secretario estatal de Salud local doctor Jorge Mendoza.
En 2013, la funcionaria visitó el Psiquiárico donde, dijo entonces, ocurrían cosas que no eran buenas e hizo sugerencias y asignó hasta 500 mil pesos para realizar mejoras en la institución, lo que al parecer no se hizo y al regresar al año siguiente declaró a los medios que el presupuesto había sido desviado.
Y esas otras diferencias más hicieron muy difícil el acuerdo entre doña Virginia y el doctor Mendoza hasta que, en días pasados, mediante la intervención del Secretario de Salud federal, doctor Narro, el hospital fue transferido y doña Virginia se llevó a un grupo de trabajadores al Estado de México donde los puso en contacto con personal del Hospital Sayago para que se capaciten en el Modelo Hidalgo.
En Yucatán, dice nuestra fuente, se sigue el Modelo Asilar, con pabellones de más de ocho camas acomodadas en fila, sin muebles para guardar artículos personales y a los que faltan iluminación y ventilación. Son cuartos con barrotes, los hay de aislamiento algunas veces utilizados como castigo. A los internos se les dan electrochoques sin protocolo.
La comida es insuficiente, hay desbasto de medicamentos psiquiátricos y mayormente se utiliza el anti psicótico haldol que es de los más viejos y provocan efectos colaterales muy molestos para los usuarios, como mucho dolor en las piernas y brazos, ansiedad y salivación exagerada que les dificulta el habla, a pesar de los nuevos anti psicóticos que tienen mucho menos efectos colaterales.
En el modelo asilar al usuario no se le escucha ni se le da ninguna explicación acerca de su padecimiento y normalmente a los familiares tampoco se les da información. A veces los usuarios son dados de alta sin tener ningún diagnóstico. Este modelo no le da ninguna importancia a la rehabilitación del usuario, en los talleres se utilizan materiales infantiles y se les trata a los como si fueran niños, hay una permanente falta de respeto a sus personas. Está prohibido comunicarse con el exterior vía teléfono y en algunos hospitales asilares no se permite escuchar radio o ver televisión. La máxima autoridad son los médicos y sus órdenes no pueden ser cuestionadas.
En el Modelo Miguel Hidalgo, que se incrementará a partir de ahora en el Psiquiátrico, se dispone de un de un presupuesto que la Federación le asigna a los hospitales psiquiátricos que dependen de la Secretaria de Salud, contrario al Modelo Asilar donde se cobran cuotas de recuperación aún a los afiliados al Seguro Popular.
En el Modelo Hidalgo los usuarios son siempre y ante todo personas merecedoras de recibir un trato respetuoso, digno, eficiente con calidad y calidez; tienen derecho a ser informados sobre su padecimiento y su tratamiento, el servicio debe de ser gratuito y cada modificación del tratamiento se le debe pedir autorización al usuario y a su representante, hay foros sobre el uso.
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