Progreseños denuncian escasez de agua
31 de marzo de 2016
Aunque para la gran mayoría de las personas, las vacaciones es sinónimo de descanso, relajación, quizá fiesta, arena, sol y mar, en fin, de diversión, para algunos esta época trae consigo diversos problemas como: escases de agua potable, mal servicio de recolecta de basura, tráfico e inseguridad.
Este es el caso para los habitantes del puerto de Progreso, quienes durante las vacaciones de Semana Santa y de verano, reciben cientos de turistas, locales, nacionales y extranjeros, que “alteran” la paz del municipio.
“Progreso es tranquilo hasta que llegan las vacaciones”, así comenzó su relato doña Gloria, una vecina del puerto quien, al igual que otros lugareños, no les molesta que la gente acuda para disfrutar de sus atractivos, sino que están cansados de la poca cultura del respeto y de la poca atención de las autoridades para resolver los problemas.
- Yo soy de Veracruz así que te lo voy a decir así “está todo de la chingada”, vinieron mis nietos y me empezaron a gritar “abuelita no hay agua”, en el caso de la basura si es que quiere pasa, sino ni pasa…
- No hay una gota de agua, nos perjudica a todos, pero especialmente a los que no tenemos bomba ni tinaco y en mi casa así estamos…
- Casi no hay agua, no ponen bien las cosas, a veces ha poca luego se va y así siempre está…
Otra de las quejas más sentidas fue la seguridad, ya que los lugareños aseguran que en estas fechas los robos a casa habitación aumentan, especialmente en las colonias o comisarias más lejanas al malecón, debido a que la policía municipal concentra a todos sus elementos en esta área y descuida el resto del municipio.
- Mucho robo a casa veraniega, viene mucha gente de fuera y por eso hay mucho robo…
- En esta época los policías abandonas las colonias y se vienen al malecón…
Indican que otra de sus molestias es la poca cultura que tienen los turistas sobre la limpieza de las playas, ya que al caer la noche, cuando todos se van del malecón, se pueden apreciar cientos de objetos tirados, bolsas, latas de cerveza, bolsas de papas, pañales y botellas, por mencionar algunos.
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Ante la inmensa cantidad de visitantes que llegan durante la temporada vacacional, el puerto se convierte en un caos y los servicios comienzan a fallar, además los lugareños prefieren no ir a la playa