Paso a desnivel de Montejo
04 de julio de 2012
Al recorrer Prolongación Montejo de norte a sur o de sur a norte, en algún momento llegará usted a un paso a desnivel. Para la mayoría de los que no conocen su historia, resulta una obra urbana correcta con una fuente simplona.
Los que conocen su historia y están en contra lo bautizaron Paso deprimido, recuerdan la golpiza que se suscitó en ese lugar el día del inicio de su construcción y lo consideran un monumento a la imposición.
Los que conocen su historia y están a favor lo bautizaron Glorieta de la paz, recuerdan la agresividad de los racistas del norte y lo consideran un monumento a la modernidad.
El paso a desnivel de Montejo divide a los meridanos como lo hace la misma obra con los autos que lo transitan. Los de arriba y los de abajo. Los que van al norte y los que regresan al sur. Los que viajan de una plaza a otra sin importar que esté en el oriente o en el poniente. Los que lo atraviesan en transporte público cansados de los abusos de patrones y la falta de oportunidades.
Pero a un año del inicio de su construcción quedan dos grandes interrogantes:
¿En qué momento decidieron aprovechar los panistas la coyuntura para erigirse en guardianes de lo bueno y lo malo?
¿Quién tomo la decisión de mandar un grupo de choque?
Con respecto de la primera pregunta, tendrá Renán Barrera la oportunidad, los próximos tres años, de mostrar un panismo con sensibilidad política frente a un contexto político adverso.
Con respecto de la segunda pregunta, consideramos que Angélica se enteró de la golpiza al mismo tiempo que nos enteramos muchos meridanos. Es ridículo pensar que Carlos Herrera Chalé, mejor conocido como el Calín, se encontrara paseando con sus chicos por ahí. La orden tuvo que salir de alguien muy poderoso dentro del ayuntamiento y, al parecer de muchos, aún continúa en su cargo. Es más, para más de uno, es el verdadero responsable de la debacle del PRI en Mérida porque siempre trabajó en aras de incrementar su poder, dividiendo al equipo de confianza de Angélica.
Hace un año inició la construcción del paso a desnivel de Montejo. En tiempo récord se construyó. Hoy en día somos muchos los automovilistas que lo utilizamos a diario. Pero los meridanos tenemos todavía muchas cosas por aprender de esta obra: sin las pasiones que nos dividen, podemos aprovechar para reflexionar sobre la discriminación, el autoritarismo, el oportunismo y también la maldad que se manifestó en ambos bandos.
Editorial del 4 de julio de 2012.