Padres de familia y músicos de Orjuve conformarán una orquesta integral

La conformación de una orquesta y un ensamble de violas a cuatro voces integrados por jóvenes músicos yucatecos y sus papás, figuran entre los proyectos que el pedagogo venezolano, Hugo Alfonso Molero Omaña, implementará en Yucatán como parte de un trabajo de la colaboración con la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta).

El solista de la Orquesta Sinfónica “Simón Bolívar” de Venezuela se encuentra de visita en la entidad para impartir un taller de violín y viola, del cual se derivará la agrupación musical de padres e hijos, éstos últimos miembros del Sistema Estatal de Orquestas Juveniles del estado (Orjuve).

En entrevista, el experto en educación señaló que el objetivo de este plan es generar una convivencia familiar y que los jóvenes intérpretes puedan compartir con sus progenitores los conocimientos que tienen sobre los instrumentos para estimularlos y adentrarlos a este arte.

En lo que respecta al otro proyecto, el también coordinador del Núcleo Orquesta Juvenil del Táchira, Venezuela comentó que se trata de un ensamble de viola a cuatro voces, a fin de que los estudiantes y papás conozcan el sonido simultáneo, permitiendo así enriquecerlos sobre ese instrumento.

Respecto al tema de la música entre las nuevas generaciones de Yucatán, el ejecutante de viola indicó que ha seguido muy de cerca el trabajo del Sistema Orjuve por recomendación de la profesora Susan Siman, quien también estuvo en la entidad el pasado mes de abril, por lo que consideró que tiene mucha similitud con el  de su país y se dijo sorprendido por la presencia de nóveles directores.

La música viene por generaciones, muchas veces son los abuelos quienes enseñan a sus hijos y así sucesivamente. Cuando se decide formar a alguien en esta materia, lo ideal es que crezca con ella, como ejecutante y como persona, además de aprender a tocar un instrumento, debe aprovechar la experiencia y la disciplina que se adquieren, puntualizó.

El profesor venezolano señaló que dicho arte debe ser algo enriquecedor y de transformación social, no sólo una carrera para subsistir, sino para enaltecer el alma, “porque su poder transforma a las personas y les permite ser disciplinadas y ordenadas”, finalizó.