No en todas las casas pasan una Noche Buena y una blanca Navidad
23 de diciembre de 2013
Durante estas fechas decembrinas las calles del centro, los comercios y las plazas son invadidas por infinidad de gente comprando regalos, ropa, juguetes, accesorios para decorar la casa, el tradicional árbol y por supuesto los ingredientes principales para la cena navideña.
Todos se preparan para pasar con alegría y bonanza estas fechas, pero no en todos los hogares se respira el ambiente navideño ni tampoco se vive una noche buena.
Yolisandra es una niña de 12 años de la colonia San Camilo, al oriente de la ciudad.
Ella es como muchos otros infantes que viven una navidad triste, sin ropa nueva, sin juguetes y lo peor ...sin cena.
Esta pequeña junto con sus cinco hermanitos no sabe lo que es poner un árbol de navidad ni decorar la casa con foquitos y adornos alusivos a las fiestas. No sabe que es salir y comprar ropa nueva, mucho menos esperar la llegada de Santa Claus .
Con lágrimas en los ojos, Yolisandra resume las 12 navidades que hasta hoy ha vivido.
“Como pasaban la navidad, tristes porque no teníamos nada que jugar, todo era triste, tuvimos que poner en nuestra casa nylon, cuando llega la navidad nadie nos habla, no comíamos nada tampoco me regalaban nada” comentó.
Yolisandra nos relató que su casa está hecha de láminas de cartón, no cuentan con un baño ni agua potable y cuando no tienen que comer su abuelita les regala un plato de comida que dividen entre siete personas, los seis niños y su mamá, quien es costurera y de vez en cuando tiene trabajo para poder medio comer y medio vestir a sus hijos.
En ocasiones estos niños reciben el apoyo de la Asociación de Ayuda Alimenticia para Personas de Escasos Recursos Económicos A.C encabezada por Neydi Cámara quien regala zapatos, juguetes nuevos y de medio uso, y les da de comer.
Sin embargo nunca es suficiente ya que como la familia de Yolisandra hay muchas en la entidad que necesitan de la ayuda.
Familias que viven la navidad como cualquier otro día, días que duelen, días que lastiman, días que pasan sin zapatos, sin vestimenta pero con mucha hambre.
Durante estas fechas decembrinas las calles del centro, los comercios y las plazas son invadidas por infinidad de gente comprando regalos, ropa, juguetes, accesorios para decorar la casa, el tradicional árbol y por supuesto los ingredientes principales para la cena navideña.