Mientras Meade une al PRI, aún no hay gluten para hornear PAN

Desde que en México empezamos a vivir el fenómeno de la alternancia, hemos observado cómo las divisiones internas son las que ocasionan los mayores descalabros. 

En lo personal, me ha sorprendido la unidad del PRI alrededor de la candidatura de José Antonio Meade. Aunque para una parte importante de la población es incomprensible el triunfo del PRI en los comicios del 2018, a diario escucho a más personas decir que les agrada Meade como el candidato para enfrentar las preferencias de Morena y de Andrés Manuel López. Incluso, el presidente Enrique Peña ha tenido un repunte en las preferencias.

Podemos decir que el voto duro del PRI está listo y que con esta base, que sabe operar, arranca la estructura priísta su trabajo proselitista. 

Sin embargo, al voltear del lado del PAN, escucho: 
  
A estas alturas del partido, la indefinición panista sorprende. 

El espejo roto refleja la imagen de Mauricio Vila a la espera de definir estrategias frente a los reclamos contra su persona que han surgido recientemente en prensa y redes. Hace meses, en reunión con amigos, comentaron que el PAN tendría candidatos a mediados de agosto ¿por qué Vila, si encabeza las encuestas, no fue ya designado?

Los que saben dicen que si Vila se lanza a la gubernatura y no gana, el PAN podría perder Mérida. También se dice, que la disputa por la senaduría impide destrabar todo. 

Y así como a nivel nacional se comenta que Ricardo Anaya, presidente del PAN, no quiere soltar la candidatura a la presidencia, así Raúl Paz, presidente del PAN estatal, no quiere soltar la candidatura a la senaduría. 

De esta manera, entre los restos del espejo se ven las voces de Joaquín Díaz Mena, de Renán Barrera, de Pedro Cohuó, de Sofía Castro… cada quien desde su trinchera, alinénadose en ese sentido. 

Del lado del PRI estatal, se ven los reflejos ansiosos de todos los aspirantes... la pregunta ¿saldrán unidos y apoyando al ungido?..