México necesita paz, pero una paz real
25 de mayo de 2024
Internet
Emiliano no tenía ni 15 años de edad, recibió según el parte policiaco tres impactos de bala en la puerta de su casa, en la calle 8 de Octubre de Paraíso Tabasco, tres impactos que quedaran marcados en la memoria colectiva de un país que no para de sufrir, una escalada violenta de asesinatos que no respeta etnias, raza, estratos sociales ni edades.
Que si se trató de un intento de secuestro o no, que si estaba o no la mama, ahora ya no importa, pues esa familia que habita aquella casa en Paraíso Tabasco ya no está completa, le falta Emiliano, y así muchos en hogares en donde la violencia se ha filtrado como la invitada no grata, como la inquilina que se apodera de la paz de los mexicanos, como animal furtivo que destruye familias y tejidos sociales.
En un país rico por su diversidad cultural y a la vez pobre por la incapacidad de las autoridades, hoy los mexicanos ya no queremos más muertes como la de Emiliano, como la de Polet, como las de Acteal, como las de Tlatlaya, pues en todas estas menores han sido las víctimas de un verdugo lacerante que no perdona, la violencia, la cual al parecer se ha perpetrado de sexenio en sexenio siendo cada vez más atroz.
Estamos en un momento clave para alzar la voz para que escuchen autoridades, candidatas y candidatos, México ya no quiere más muertes, más actos de crueldad.
Somos un país que brutalmente ha sufrido por décadas el mismo síntoma, ya es hora de tener verdaderos gestores de cambio que logren evitar la metástasis de este cáncer.
A todos estos que hoy están levantando la mano para gobernar, aquí les dejamos un gran pendiente que se debe resolver ya si o si, traer paz al país, no una paz de palabras y abrazos sino una paz real, pues hasta el momento en México ni en el Paraíso la hay.
Información de
Rigel Alonzo
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¡No me quiero morir! Son las palabras que en este momento están cimbrando a México, pues al oírlas o leerlas se nos viene al recuerdo, esa imagen llena de impotencia al no poder hacer nada cuando un niño está clamando por su vida.