María Evangelina, un corazón joven
22 de julio de 2016
A mis 67 años jamás creí aprender a tocar la guitarra, cantar, ni mucho menos bailar, dice emocionada María Evangelina Miranda Cohuo, quien vestida con un traje bordado, múltiples collares y un par de trenzas de colores, dice no estar cansada, por el contrario quiere seguir en movimiento, tal y como lo hacen cada mañana sus compañeras que pertenecen al Club del adulto Mayor.
Ella todos los días convive con personas mayores, que practican actividades para mejorar su salud física y mental.
Toda mi vida me dediqué a mis hijos, siempre estuve al pendiente de ellos, ahora ya casados puedo hacer mis cosas, bailo, canto, hago manualidades, cualquier cosa que me gusté, no tengo limites, ni mi edad, ni mi cuerpo son impedimentos para ser una mujer feliz, detallo doña María Evangelina Miranda Cohuo, quien amablemente accedió a platicar con nosotros.
Ella pertenece al Centro Integral Para La Plenitud Del Adulto Mayor, aseguró que con estos talleres ha aprendido nuevas cosas.
“Empecé aprendiendo a tocar guitarra, y yo decía ¿será que puedo?, y el maestro decía si pueden, y así empecé a aprender, y también comencé a cantar, y de pronto nos invitan a participar para la rondalla del DIF municipal, pero maestro nunca hemos cantado en un grupo, desde que yo diga que pueden, si les estoy invitando es que pueden (dijo su maestro), hemos concursado y ganamos un primer lugar hace cuatro años, y nos fuimos a la ciudad de México y participamos con todos los estados de la república mexicana”.
Su maquillaje es impecable, y doña María Evangelina lo sabe. Decir que tiene una mirada cansada, cabellos grises y pocas ganas de vivir, sería el estereotipo indicado que muchas veces usamos para describir a una persona de la tercera edad, pero sería una vil mentira. Ella tiene vitalidad en los ojos, su sonrisa y su estado de ánimo lo desbordan.
“Después ya de casada, mis hijos ya estaban terminando la prepa, y dije Dios mío, yo estoy dedicada a todo esto y ni siquiera la primaria he terminado, y dije voy cuando menos a terminar mi primaria, y me metí a estudiar, iba los domingos a presentar exámenes por la T1, cuando menos termine la primaria (Risas)”.
Doña María Evangelina Miranda Cohuo es una persona de los 88 mil adultos mayores que hay Mérida según cifras del INEGI, que a diario necesitan atención y oportunidades para continuar con una vida digna.
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A los 67 años, baila, canta y toca la guitarra, además pertenece a un Club municipal de la Tercera Edad