Los pibes, riquísima tradición maya

31 de octubre de 2015

Los pibes, riquísima tradición maya

Como símbolo de reencuentro espiritual con sus ancestros que físicamente han partido pero siguen vivos en su corazón, en noviembre el hombre maya cocina con mucho esmero los pibes, un tamal cuya receta heredó de cocineras prehispánicas del Mayab.

El pib es el alimento representativo de las celebraciones del “U JanalPixán”, o Comida de las Ánimas. Se le llama así porque la palabra maya pib significa cocinar al vapor, en horno subterráneo.

Por tradición los pibes se  comen el 1 de noviembre cuando las almas de los difuntos adultos regresan a la Tierra, aunque hay quienes lo comen o lo repiten el día 8 en el “bix”.

  A las 12 de la noche del 30 de noviembre, la noche de ánimas, se sacan los últimos pibes de la tierra para que, en su despedida, las almas de nuestros familiares tengan abastecimiento durante el año que tardarán en regresar.

 Los abuelos mayas narran que la elaboración del pib es un ritual que simboliza la eternidad del alma. El maya sabe que un día sepultarán su cuerpo, pero inconscientemente sabe que en su cuerpo hay una parte inmortal que es el ánima o pixán.

El entierro de los pibes representa el entierro del cuerpo de un difunto. Sin embargo, las almas de los hombres no se quedan sepultadas, regresan a su origen divino, transición que se representa cuando se saca los pibes entre las cenizas del horno.

Cuenta la tradición que, si una persona fallece cinco meses antes del U JanalPixán, los familiares ya no ofrecen pibes en las mesas de los fieles difuntos, pues consideran que sería como sacar a los finados de sus tumbas, donde descansan en paz.

El contenido del pib les recuerda a los mayas las entrañas del hombre. Las chichís o abuelas decían que ese tamal redondo se pinta de rojo con recado de achiote para rememorar al Sol, que es la fuente de energía que da la vida en el planeta. Cuando se come el pib también nos da vida, comentaban las tatarabuelas mestizas.

La elaboración es como una fiesta que provoca la unión familiar. Se cree que cuando una familia cocina de mala gana los pibes, éstos no se cuecen o se pudren pronto después que los sacan del horno.

 

El vapor o gracia que emana un pib recién desenterrado insinúa que el alma es una energía que transciende el cuerpo material; que nunca muere porque la heredamos de Dios.

Escucha la nota

Este platillo simboliza la eternidad del alma. El maya sabe que sepultarán su cuerpo, pero en él también hay una parte inmortal, el ánima o pixán

desarrollo comercio electrónico