"La política como religión"

19 de febrero de 2018

"La política como religión"

La religión católica es la que más se práctica en los hogares mexicanos. Este es un pueblo mariano que tiene como patrona a la Virgen de Guadalupe y está acostumbrado a seguir las directrices del máximo representante de la iglesia en la tierra, el Papa Francisco.

Quizás, muchos de los mexicanos no tuvieron la opción de escoger a qué religión querían pertenecer, solo los criaron bajo las enseñanzas del catolicismo y adoptaron esa creencia sin hacer muchas preguntas, porque de eso se trata la Fe. Claro, eso no quiere decir que no vaya a haber unos San Pablos por ahí, uno de los principales personajes del Nuevo Testamento que luego de perseguir a los católicos, se convirtió en un fiel devoto de Jesucristo.

Pues, en política, la fidelidad a un partido y a sus decisiones también puede ser un asunto de crianza y de fervor.

Días atrás, en NotiRasa, el diputado federal Felipe Cervera Hernández explicó porque no tiene un ápice de frustración por no ser el abanderado del Partido Revolucionario Institucional a la gubernatura de Yucatán.

“En los partidos uno está donde hace falta, no donde quiere”, explicaba el legislador quien creció bajo las enseñanzas de su padre, Víctor Cervera Pacheco, un insigne priista que fue Gobernador del Estado -en un par de ocasiones-, Secretario federal y Alcalde de Mérida. 

Sin embargo, el propio catolicismo fue el punto de partido para otras religiones como la protestante, toda vez que en el siglo XVI, Martín Lutero, fraile alemán, impulsó una reforma a la doctrina teológica para contraer matrimonio.

Pues, en la política mexicana también existen sus protestantes, es decir, algunos que comenzaron con un partido y al querer casarse con un cargo, su organización se opuso a ese anhelo y optaron por irse a otro partido o por el camino independiente.

En este sentido, podemos hablar del propio Andrés Manuel López Obrador, quien pasó por las filas del PRI, del PRD, hasta que tomó el poder del creador para fundar un partido a su imagen y semejanza.

También está el caso de Jaime Rodríguez Calderón, conocido como “El Bronco”, de origen tricolor, pero llegó a la gubernatura de Nuevo León por el camino singular y por esa vía también quiere llegar a Los Pinos.

Un caso más elocuente del “protestantismo” es Margarita Zavala, ex primera dama en uno de los dos Gobiernos federales panistas y que ahora busca una candidatura presidencial que podría restarle votos al blanquiazul, Ricardo Anaya.

En Yucatán, solo el PRI ha respetado su biblia, sin embargo, ellos son tricolores y se entienden.

En el PAN, la designación de Mauricio Vila Dosal dejó entrever algunas inconformidades como la de Joaquín Díaz Mena y su famosa proclama en las redes sociales por el respeto a la palabra de un hombre. Mientras que Raúl Paz exige a los militantes de su partido que cumplan con los mandamientos pero falta al Sacramento de la Unión.

En esta homilía aparecen independientes como Felipe Neri, un ciudadano que asegura que hay que seguir a los dioses o a los candidatos, y no a los partidos.

Terminamos con la última petición del Padre Nuestro… líbranos del mal, Amén.

 

Nota escrita por

Ronald Rojas

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