La Plancha, ejemplo de planeación participativa
12 de febrero de 2018
En un hecho sin precedentes, autoridades estatales, sociedad civil y académicos lograron concretar un plan maestro para el rescate urbano de “La plancha”, que se transformará en breve en un gran parque donde, además de servicios ambientales, se contará con opciones de actividades educativas, culturales y físicas.
En un ejercicio de planeación participativa, promovido por el Gobierno del Estado en coordinación con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), vecinos, investigadores y funcionarios consensuaron sus inquietudes, necesidades y propuestas, para recuperar y revitalizar este sitio que ocupó el ferrocarril.
El proceso de transformación comenzó hace unos días, luego de que el titular del Poder Ejecutivo, Rolando Zapata Bello, puso en marcha los trabajos de liberación y rescate de dichos terrenos, cuya primera etapa abarcará 10 hectáreas y una inversión de más de 130 millones de pesos, con la creación de cuatro áreas para el disfrute de los habitantes de esta ciudad y de sus visitantes.
La ubicación estratégica de este lugar y su conversión en un gran parque público, que además será otro pulmón verde para Mérida, fortalecerá el circuito cultural de esta capital y su conexión con zonas como el emblemático Paseo de Montejo, al tiempo que marca el inicio de la modernización del Centro Histórico.
El plan contempla un área verde con árboles que ofrezcan sombra a los usuarios y un jardín etnobotánico con plantas endémicas de la región, el cual proporcionará un paisaje que retoma la selva tropical. De esta manera, se creará un punto de encuentro y se contribuirá a disminuir los efectos del cambio climático.
Las dimensiones extensas de este segmento permitirán desarrollar una gran variedad de actividades, como convivencia entre diferentes grupos; asimismo, será multifuncional al dar continuidad a la estructura espacial para el peatón y para otros medios de transporte, como la bicicleta. Al interior del corredor verde de cuatro hectáreas, se planea contar con colecciones botánicas y senderos que conectarán con las otras zonas.
Dentro de una visión de sustentabilidad, se considera para una etapa posterior el aprovechamiento de los recursos naturales, así como reciclaje de residuos sólidos y orgánicos, por lo que se evalúa instalar paneles solares, un sistema de captación y almacenaje de agua pluvial, y otro para separar desechos y elaborar composta comunitaria.
El espacio siguiente será de usos múltiples, de 1.8 hectáreas, donde se podrá encontrar juegos recreativos, comercio temporal y eventos artísticos. También, se prevé construir plazas de acceso con mobiliario, red libre de Internet, sanitarios, módulos de información y bici-estacionamientos, entre otros servicios.
Otra zona a intervenir es la de arte y cultura, con el rescate de los andenes y la antigua estación de ferrocarriles en un total de 2.7 hectáreas. Actualmente, la Escuela Superior de Artes de Yucatán (ESAY) ocupa 0.5 de estas hectáreas y, de acuerdo con lo anunciado por el mandatario en su quinto Informe de Gobierno, se transformará en la Universidad de las Artes de Yucatán.
Los espacios serán rescatados y modernizados para que estudiantes y ciudadanía se apropien de ellos, y los nuevos talentos creadores puedan expresarse a través de diferentes manifestaciones artísticas y culturales. Además, contará con grandes jardines exteriores y arbolado abiertos a toda la sociedad.
Finalmente, estará el segmento de museos, de cerca de dos hectáreas, situado en la parte norte de los terrenos, cruzando la calle 43. Ahí, se edificará el de la Luz de la UNAM y se conservará el del Ferrocarril; para ello, fungirá como área articuladora el parque Artículo 123 Constitucional, con lo que se busca sumar a este proyecto todo el contexto urbano que rodea al sitio.
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Se convertirá en un gran parque donde además de servicios ambientales, habrá actividades educativas, culturales y físicas