La historia de Lino

06 de agosto de 2019

Mérida, la ciudad blanca, es conocida por sus majestuosos edificios en la avenida Paseo de Montejo, el Monumento de la Patria, la Catedral y ahora también se le suma sus nuevas plazas comerciales.  En cuanto a su operatividad, hay un incremento del turismo y de las plazas laborales. Ahora, en ciertos rincones, también está esa otra Mérida, la que nadie percibe o la que nadie voltea a ver.

Vamos al grano, en los semáforos hay unas personas que buscan ganar unos pesitos para comer. Este es el caso de Lino, no tiene INE, ya que argumenta que no sabe leer, tampoco está registrado en el Seguro Social, pero si tiene un expediente en el Cereso de acuerdo con su confesión.

"Si pasaron yo igual tuve en el Cereso, me acusó mi doña de intento de violación, pagué e hice cuatro años y pague dos mil pesos"

En ocasiones sus ideas no son coherentes. Sin embargo, reconoce que además de que alguna vez fue considerado un criminal, también acepta sus adicciones

"Ya dejé la droga, ya dejé todo. Si tomo, ayer sí tomé. Le compro sus cosas a la Virgen de Guadalupe, como tengo mis tatuajes, le compro su veladora"

Lino se para en el semáforo que divide a las estaciones de gasolina conocida como “Las Gemelas”, en la avenida Mérida Dos mil. Su trabajo consiste en limpiar los vidrios panorámicos de los carros, un oficio que de acuerdo con los comentarios de las calles meridanas, está reservado para personas como Lino, es decir, para aquellos que salieron del Cereso.

"Sol, calor trabajando honradamente, sin robar nada, yo soy un payaso, trabajo del albañil y ayudante"

Asegura que además de limpiar los vidrios por una moneda, también cumple el papel de payaso y malabarista de los semáforos

"Me deja un poco para mi comida, para las leches de mis hijos y es todo. Tengo cuatro hijos, yo soy de la Mulsay, tengo casa, me dejó mi doña pero tengo a mis hijos"

Lino nunca tuvo otro oficio, desde pequeño, la vida le enseñó que si limpias los vidrios de los coches, podías tener unas monedas de recompensa.

"En este tengo desde los 11 años, estaba yo morro. Agarre el hule y empecé a darle y lo agarro y lo póngo"

Asegura que de vez en cuando, la policía le recuerda que está siendo vigilado por las cámaras de seguridad. Lino no es el único en este oficio en la ciudad de Mérida, hay muchos que viven entre los carros, el sol y los tres colores del semáforo.

 

Escrito por...

Ronald Rojas

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Muchos de los que trabajan limpiando los panorámicos de los coches en los cruceros de Mérida, tienen un pasado en el Centro de Re inserción Social.

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