Hijos de presos tienden a seguir los pasos de sus padres.

Cuando alguien delinque y es condenado, no sólo se sentencia a una persona, sino a toda la familia, porque ellos son los que visitarán al interno durante su estancia en el Centro de Reinserción Social (CERESO) y las víctimas invisibles, que son quienes menos culpa tienen y los que más pagan son siempre los hijos, confirmó Mirna Karina Pérez Ramos, directora del Patronato de Asistencia para la Reinserción Social en el Estado de Yucatán.


Aseguró la entrevistada a Cadena Rasa que en sus investigaciones de tesis, encontró que en todos los casos de las personas que habían delinquido, que tenían a un padre adicto, violento o privado de su libertad, por lo que el patrón se repetía, debido a esto, el Patronato a su cargo busca que se rompa este círculo vicioso.


Confirmó Pérez Ramos que, todas las personas tenemos derecho a una segunda oportunidad y si participamos podríamos generar esa sinergia entre la sociedad y el gobierno, por lo que aseguró que en materia de reinserción social están en preparación de varios convenios con escuelas y universidades para hacer una campaña que abarque varios puntos y trabajar en la parte preventiva mediante la colaboración interdisciplinaria, interinstitucional y de vinculación social, incluso señaló que están en pláticas con Asociaciones Civiles.


La parte que se puede salvar, mencionó la titular de la dependencia es la niñez, porque por cada interno, mínimo tienen 2 hijos y los niños son los menos culpables de la situación en la que viven, por lo que implementarán la sensibilización a los menores por medio del Programa Escuela Segura de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en salud, con el Centro Estatal de la Prevención del delito y puntualizó será un cambio lento pero aplastante.