Es tiempo de enterrar la epístola de Melchor Ocampo

13 de marzo de 2013

Es tiempo de enterrar la epístola de Melchor Ocampo

Ayer en este mismo espacio hablamos sobre los aires de esperanza que empiezan a soplar en nuestro país. Continuando bajo esta misma lógica queremos leer, compartir y analizar con usted amable radioescucha dos fragmentos de la Epístola de Melchor Ocampo que se leen en el registro civil a las parejas que contraen matrimonio en la Ciudad de México.
Primer fragmento: “El hombre cuyas dotes sexuales son principalmente el valor y la fuerza, debe dar, y dará a la mujer, protección, alimento y dirección, tratándola siempre como a la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo, y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando este débil se entrega a él, y cuando por la Sociedad se le ha confiado”.
Leemos el segundo fragmento: “La mujer, cuyas principales dotes son la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y la ternura, debe dar y dará al marido obediencia, agrado, asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe a la persona que nos apoya y defiende, y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca, irritable y dura de sí mismo, propia de su carácter”. Hasta aquí estos dos fragmentos de la Epístola de Melchor Ocampo que data del año de 1859.
Los fragmentos anteriores dejan muy mal parados a los contrayentes del matrimonio. Primer punto, la mujer para nada es sexo débil, está en igualdad de condiciones para realizar cualquier trabajo y actividad del quehacer humano; segundo, eso de la abnegación y la obediencia, tendríamos que entrar al túnel del tiempo, regresar al siglo XIX para obtener esas características oscurantistas que tanto trabajo le ha costado a la mujer deshacerse de ellas. Y tercer punto, eso de que el hombre dará sustento y dirección a la mujer, queda superado cuando vemos a muchos caballeros que se quedan en el hogar cuidando a los hijos y la mujer sale a buscar el pan nuestro de cada día.
Lo anterior viene a tema porque en el Distrito Federal hay una propuesta para que La epístola de Melchor Ocampo sea derogada por considerarla discriminatoria, y se sustituirá por un texto que se apegue a los principios de igualdad entre ambos contrayentes. Además si agregamos que la conformación de las familias en la actualidad es tan diversa como la imaginación y la ley lo admitan, pues sin duda es un avance en las garantías individuales y en la conveniencia diaria.
Habrá que eliminar este documento lo más pronto posible de los registros civiles que aún mantienen esta tradición, no vaya a ser que alguien se tome muy apecho lo que dice ahí y persistan las injusticias.

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