"Es la hora del pueblo..."

25 de septiembre de 2017

"Es la hora del pueblo..."

Nadie los ha convocado, no tienen horario ni paga alguna, nadie habrá de decirles qué hacer ni cómo hacerlo, no esperan ni quieren encontrarse ahí con funcionarios ni políticos, es, como dice un amigo, “la hora del pueblo” que se prolongará mientras persista la esperanza de encontrar una vida entre los escombros.

Ellos son, al mismo tiempo, líderes, obreros y patronos, cuidan a los demás y se cuidan así mismos, se alientan y consuelan entre sí, se proveen ellos mismos de agua y de alimentos, organizan guardias para no parar un solo minuto porque tienen la esperanza de salvar aunque sea una vida, e incluso cuando algún funcionario público quiere inmiscuirse, así sea para ayudar como es el caso del Secretario de Gobernación, lo despiden con un zape.

Así son, así somos los mexicanos. En medio de aquéllas dantescas escenas ocasionadas por el sismo, se tienden hilaras de voluntarios que pasan cubetas de escombros de mano en mano, agua y pan, sufren y lloran en conjunto, se aplauden incluso por salvar a alguna mascota. Cuando el pueblo está unido “sí se puede”, se puede todo, las fuerzas nacen del corazón y el corazón se agiganta.

En medio de la adversidad, el sismo del 19 de septiembre trajo consigo una lección y una esperanza: cuando queremos somos una “fuerza viva” capaz de transformar, rectificar, enfrentar o crear, y nada ni nadie habrá de decirnos qué hacer y cómo hacerlo. Que lo oigan todos, que lo aprendan nuestros políticos y nuestras autoridades.

Detrás de nosotros, terminada “la hora del pueblo”, será el tiempo del gobierno en sus tres niveles y cualquiera de sus manifestaciones, se dará paso a la reconstrucción, a la inversión y la fotografía, veremos la generosidad y gentiliza de los partidos políticos donando parte de sus prerrogativas, aunque jurídicamente esto pueda ser ilegal. En este segundo turno no habrá héroes anónimos, todos tendrán nombres y veremos sus rostros policromos por todos los medios posibles.

 

Nada nuevo, eso es lo suyo, lo nuestro, lo de los mexicanos de a pie, es el silencio, la generosidad y la entrega tras bambalinas. Así es el pueblo y por eso podemos parafrasear a nuestro coterráneo Ricardo López Méndez: “México, creo en ti”, creo en ti por los miles de voluntarios y la ayuda humanitaria en la que nos reflejamos todos.

Nota escrita por

Manuel Triay

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