El papa Francisco I critica a los sacerdotes que no van donde hay sufrimiento
28 de marzo de 2013
En su primera Misa Crismal, el papa Francisco sorprendió con una fuerte y vibrante crítica a los sacerdotes que no salen a la calle, que no están en contacto con el pueblo, que terminan “tristes” y se convierten en coleccionistas de antigüedades en sus iglesias.
Con palabras claras y directas, el ex arzobispo de Buenos Aires, que presenció la dolorosa dictadura argentina, expresó que el sacerdote con “olor a oveja” tiene que salir donde hay sufrimiento, sangre derramada y cautivos.
Ante cardenales, obispos, arzobispos y sacerdotes reunidos en la Basílica de San Pedro, el Sumo Pontífice subrayó que los presbíteros que no ponen en juego la propia piel ni el corazón tampoco reciben un agradecimiento afectuoso que nace del alma.
En la Misa Crismal de Jueves Santo, el papa Francisco bendijo los Sántos Óleos, que son aceites y bálsamos para ungir a enfermos, bautizar niños y ordenar sacerdotes.
El Sucesor de Pedro centró su homilía en la crisis de identidad sacerdotal, respeto que se gana en la medida que los presbíteros salen con fe a comunicar el Evangelio a los demás y ungir, aunque sea con poco aceite, a los pobres, a los cautivos, a los enfermos, a los que están tristes y solos, a los que no tienen nada de nada.
En la Misa Crismal, por tradición los sacerdotes renuevan sus votos sacerdotales y recuerdan el día de su ordenación.
Con palabras claras y directas, el ex arzobispo de Buenos Aires, que presenció la dolorosa dictadura argentina, expresó que el sacerdote con “olor a oveja” tiene que salir donde hay sufrimiento, sangre derramada y cautivos.