El gran negocio de pocos que perjudica a muchos: el ambulantaje.
31 de enero de 2013
“Pues cada sábado en la mañana o en la tarde vienen a cobrar todo esto es una mafia”
Todo esto es una gran mafia, señorita, y todos lo saben. Manifestó doña Rubí, una vendedora de ropa infantil, en la calle 65 entre 56 y 54. Para ella, como muchas otras vendedoras a sueldo del primer cuadro de la ciudad, la relación de complicidad entre ambulantes y autoridades no es ningún secreto.
Doña Rubí asegura que ella personalmente paga por su derecho de piso cada sábado que la visitan unos hombres vestidos de camisa azul y con la leyenda “inspector de mercados” bordada a la altura del pecho. Otros vendedores apostados en la misma calle, dicen que sus patrones acuden a las oficinas del mercado y pagan personalmente por todos los puestos que tienen en calles del centro.
Como estarán enterados nuestros radioescuchas, Noticieros Cadena Rasa entrevistó al respecto al subdirector de Mercados, don José Collado, quien negó categórico que el Ayuntamiento de Mérida reciba algún centavo de los vendedores ambulantes. Dijo, muy seguro, que a ninguno se les cobra.
Así las cosas, quizá tenga razón doña razón doña Rubí cuando afirma que eso de las venta ambulantes es una mafia.
“No quiero meterme en problemas con el ayuntamiento; la verdad no sé, porque es mi patrón el que ve esas cosas; pues la verdad cuando vienen aquí los inspectores los mando con mi jefe que tiene su puesto aquí cerca; yo se que mi patrón va a pagar a las oficinas del marcado; pues cada sábado en la mañana o en la tarde vienen a cobrar todo esto es una mafia” comentó.
Incluso, esta señora aseguró que los mismos patrones de los puestos son quienes se ponen la camisa y cobran ese dinero, dejando abierta la pregunta ¿a quién le creemos, a la autoridad o a los vendedores que aseguran pagan por estar en las calles de la ciudad? Si pagan, ¿a dónde se va ese dinero, o más bien a quien se le queda? ¿qué es lo que realmente está pasando?
Todo esto es una gran mafia, señorita, y todos lo saben. Manifestó doña Rubí, una vendedora de ropa infantil, en la calle 65 entre 56 y 54.