El Gran Museo
10 de abril de 2013
Casi nueve mil personas visitaron el Gran Museo del Mundo Maya durante el periodo vacacional de Semana Santa. Los yucatecos sumaron algo más de cinco mil, los nacionales alrededor de tres mil y los extranjeros tan solo trescientos cuarenta y cinco.
La importancia de estos datos no radica en saber quién lo visita más, o si los mexicanos deben contarse aparte o si los extranjeros nunca supieron que debajo de la gran ceiba de acero, se encuentra el museo.
El dato diferenciado es importante porque sirve para hacer una inferencia de cuánto nos cuesta el museo a los yucatecos. Como nosotros pagamos cincuenta pesos por entrar, los nacionales cien y los extranjeros ciento cincuenta, entonces, multiplicando y sumando, resulta que durante el periodo vacacional las taquillas del museo recibieron menos de seiscientos mil pesos, o quizás menos de quinientos mil, debido a las tarifas especiales.
Sin embargo, ya hay quejas de visitantes mayas de Campeche y de Quintana Roo que decidieron no entrar por lo caro que resultaba para su economía.
Pero el problema real está en que los extranjeros, que son los que debieran llegar a montones, no están llegando. Y lo decimos porque el gran problema del Gran Museo es que nos cuesta a los yucatecos varios millones de pesos al mes.
Los inversionistas financiaron el proyecto y el contrato, que por cierto es secreto, dice que hay que depositarles cada mes, por lo que el gobierno de Yucatán tiene que desembolsar varios millones ¡hay quienes dicen que más de veinte millones mensuales! La única manera en la que no nos cueste, es que lo visiten muchas personas, pero muchísimas personas y que paguen su entrada.
Para darnos una idea, se requieren ciento treinta mil visitantes extranjeros pagando su entrada a ciento cincuenta pesos para poder juntar los 20 millones ¡y sólo vinieron 345 en quince días!
Por eso podemos decir que el Gran Museo, es nuestro, nosotros lo pagamos, y lo pagamos muy bien, mes a mes, lo visitemos o no...Aunque estamos convencidos que la persona que más lo disfruta, es el maestro Esma Bazán.
Editorial 10 de abril 2013