El Caimede celebra 20 años como un nuevo hogar

23 de enero de 2014

El Caimede celebra 20 años como un nuevo hogar

El 20 de enero pasado, el Centro de Atención Integral al Menor Desamparado (Caimede) cumplió 20 años de vida. Abrió sus puertas en 1994 para ofrecer cobijo, el tiempo necesario, a niños y adolescentes que no tienen un hogar o en su casa no encuentran las condiciones indispensables para estar y sentirse a salvo.

En estos momentos, 268 menores de edad reciben protección, alimentación, vestido, educación, servicios de salud y acompañamiento psicológico, precisa la directora y fundadora, María Cecilia Peniche Mendiburu.

En las instalaciones viven 14 chiquitos de cero a 1 año, 81 pequeños de 1 a 7 años, 122 niños de 8 a 12 años, y 51 adolescentes de 13 a 18. Los más pequeños asisten a la primaria en el propio Caimede y los más grandes van a distintos planteles de secundaria o preparatoria de Mérida.

Psicólogos, maestras, abogados, enfermeras y  trabajadores sociales ayudan a escribir las historias de transformación de estos chicos que por sus circunstancias la sociedad califica de patitos feos por haber sido dejados en hospitales o maltratados o expulsados por sus familias. Algunos de los niños huéspedes nunca sabían que era tomar clases. El primer paso es devolver a los residentes la autoestima para que se valoren y admiren a sí mismos. Asisten a psicoterapia personal y grupal. Disfrutan de clases de manualidades, ballet, artes y zumba, por ejemplo.

La maestra María Cecilia Peniche Mendiburu menciona con especial cariño a los infantes, niños y jovencitos con capacidades diferentes, cuyos padres perdieron la oportunidad de amarlos incondicionalmente, pues no en vano se les llama especiales.

Pasado algún tiempo, los residentes Centro de Atención Integral al Menor Desamparado aprenden que no todo en la vida es violento o poco fácil, que hay otras alternativas y razones para seguir en un buen camino. 

 

La maestra Peniche Mendiburu considera que es hora de cambiar el nombre al  Centro de Atención Integral al Menor Desamparado para dejar a un lado la percepción de víctimas que evoca esa denominación. En la sociedad acostumbrada a calificar a las personas por lo que tienen y no por lo que son, estos casos aparentemente perdidos son el reto de esta institución que celebra sus 20 años de vida. Son los patitos feos que tienen el derecho de reconocer que nunca han dejado de ser cisnes.

El 20 de enero pasado, el Centro de Atención Integral al Menor Desamparado (Caimede) cumplió 20 años de vida. Abrió sus puertas en 1994 para ofrecer cobijo, el tiempo necesario, a niños y adolescentes que no tienen un hogar o en su casa no encuentran las condiciones indispensables para estar y sentirse a salvo.

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