Editorial del 1 de Marzo de 2012
01 de marzo de 2012
IncreÃble el comportamiento prepotente de tanto mexicano cuando a todo pulmón grita: “aquà mis chicharrones truenanâ€. Tenemos el caso de la recién bautizada Lady de Bosques, que recuerda a las peladotas Ladys de Polanco. No se queda atrás el empresario Miguel Sacal quien agredió a un empleado a golpes y ya se encuentra en la cárcel. Y como ellos, tantos funcionarios que con un par de copas nos permiten conocer el cobre del que están hechos. El último caso sucedió el viernes pasado cuando Francisco Arias, secretario privado del Presidente Municipal de Oaxaca, agredió a insultos a los policÃas que lo detuvieron por estar escandalizando en las calles, producto de su borrachera. Pero no sólo con golpes y gritos se ofende al pueblo. Cuando un funcionario nos miente, también ofende. Cuando un funcionario nos roba, también ofende. Por ejemplo, en Puebla, Arturo Botello fue destituido como Tesorero de la ciudad porque se descubrió que nunca se tituló. Es decir, mintió. Y si por ahà sucede que quien no tenÃa, sin haber sido nunca polÃtico, entra de funcionario a un ayuntamiento y le descubren un par de yates, o cuatro quizás, esa persona también insultó al pueblo. A todos ellos, hay que mandarlos de regreso, con nuestras queridas y respetadas ChichÃs, para que sean de nuevo educados y aprendan a comportarse en sociedad.
¡Qué chulada de mexicanos!