Desde hace 75 años, hay una casa en el centro de Mérida que ayuda a las jóvenes estudiantes con alojamiento y comida

Cerca del parque de La Mejorada, sobre la calle 59, hay una casa que se ha resistido a la modernidad del centro de Mérida. Conserva su piso original, sus puertas, su fachada ya algo desgastada y también su labor. Por 75 años “La Casa de las Jóvenes” ha brindado alojamiento y comida a las jóvenes universitarias. 

Sobre este aniversario habló María Francisca Cabrera, quien es una de las responsables de las labores de esta casa.

Dijo que cuando una muchacha estudiante quiere vivir en la casa, vienen con los papás para conocer, para ver dónde se van a quedar sus hijas, con quiénes se van a quedar. “Si a la joven le gusta la casa, si está dispuesta a vivir sobre todo con los parámetros que lleva la fundación de La Casa. Porque hay veces los papás quieren que se quede y no funciona. Porque si la chica dice, no, como obligada no se puede”, señaló.

Cabrera dice que la labor de esta casa va ligada a la religión católica, y uno de los requisitos es que quienes se hospedan en la casa deben cumplir con algunas actividades de formación. Sin embargo, aclara que, en su misión, aceptan a mujeres sin distingo de religión. “El único requisito que no se negocia es que deben ser estudiantes”, advierte.

La joven cuando se vaya de acá, no solo va a ser una excelente arquitecta o doctora o química, lo que ella estudie, sino también va a tener unos valores para su próxima vida como casada, como novia, para que vaya preparada. El tiempo que se queda acá es el tiempo en que está estudiando, toda su carrera, explica.

Silvia Noemí acompaña a Francisca Cabrera en las labores del hogar. Le compartió a los micrófonos de Notirasa que la casa es sostenida gracias al aporte de fundaciones y de las mismas estudiantes, que deben pagar una cuota mensual, que les vale para el hospedaje y las tres comidas del día.

“Sí, hay un donativo muy módico, prácticamente es simbólico. Son dos mil 750 pesos por los 12 meses, y una inscripción anual de 660 pesos. “¿Cómo se mantiene la casa? Si le dan comida y bebida, ¿cómo se mantiene?” Precisamente con estas cuotas, y algunos donativos que nos dan ciertas instituciones, señala.

El objetivo de estas mujeres es que la casa siga en pie y con su labor para las futuras profesionistas de Yucatán, de México, incluso de otros países.