Cuando veas las barbas del químico cortar…

El ex gobernador de Tabasco Andrés Granier llegó a México con la conciencia tranquila, según él, y custodiado hasta las uñas de los pies. En sus propias palabras dijo que “viene a limpiar su nombre”, no podía haber pronunciado frase más simbólica, para que algo se limpie debe de estar manchado o de perdida sucio.
Su tesorero a punto de estar tras las rejas y él contra toda lógica judicial y de sus abogados defensores se aventó ese trompo a la uña y llegó para rendir cuentas ante la justica tabasqueña. Más allá de sus pláticas etílicas y sus ínfulas de nuevo rico, con sus 400 pantalones y cientos de zapatos, tiene varias propiedades a costa de quién sabe qué, eso lo tendrán que dirimir la autoridades correspondientes, la opinión pública ya lo juzgó, y como diría Pedro Infante en la película A toda máquina, “es un vil raterillo”. Su imagen se confunde entre el chompiras y el botija.
Andrés Granier al parecer está solo, ni el partido que lo llevo al poder, el PRI, quiere saber de él. Veremos cuanto detergente y cloro necesita el químico para limpiar su nombre. Parece un mensaje subliminal a los políticos que se quieren pasar de vivos y ven en sus administraciones la manera de salir de pobres o al menos recuperar un poquito de lo que invirtieron en su campaña. Para este caso queda bien el dicho que dice “cuando veas la barbas de químico cortar pon las tuyas a remojar” O usted qué opina amable radioescucha.