¿Cuál es la palabra para definir este hecho?

29 de agosto de 2018

¿Cuál es la palabra para definir este hecho?

Confieso que la he estado pensando desde el momento en que dimos a conocer la información, como reporteros, comunicadores y transmisores de realidades, de repente nos hacemos inmunes a muchas cosas, ya las vemos normales; asaltos, accidentes espeluznantes, tragedias naturales, tragedias provocadas por el hombre, catástrofes, el ser reportero te da la oportunidad de enterarte un poco más de hechos que quisieras conocer menos, por lo que aquella mañana de miércoles, un miércoles 22 de agosto al conocer los detalles de este homicidio, mi mente quería buscar una palabra para definirlo, se me revolvió el estómago, pensé en todo… pensé en mis hijas, pensé en ella, en Ana…

Tenía 6 años y un manojo de sueños en la cabeza, una vida para tratar de alcanzarlos, tal vez su único infortunio era haber nacido en el seno de una familia humilde, dentro de un municipio que está señalado como uno de los más pobres de Yucatán, del país, pero para eso son los sueños, ¿no? Para alejarnos de la realidad, para crearnos un universo paralelo en donde el hambre no existe, el dolor tampoco, en donde el paraíso es palpable, y las nubes son de algodón de azúcar.

La descomposición social y el rezago en ese municipio es tal, que hay niños casados con niños, ¿qué quiero decir con esto? Así como suena, adolescentes de 14 años haciendo vida de adultos, jugando a ser papá y mamá, adultos jóvenes que con menos de 30 años tienen más de 4 hijos, que seguramente el ciclo de la pobreza se repetirá en ellos.

Dar detalles de lo que sucedió aquella noche del lunes 20, no es mi intención, fue tan… pero tan… ¿cuál es la maldita palabra? Todavía no la he encontrado, hacerle daño a un ser tan vulnerable como una niña que no se puede defender, no tiene palabra que defina la acción.

¿Por qué pasan estas cosas? ¿Quiénes son los verdaderos culpables, más allá del asesino? ¿Qué clase descomposición social estamos viviendo? En un mundo tan revolucionado tecnológicamente, nuestras acciones parece ser están regresando a la época de las cavernas, y ahí no puedo asegurar que acciones como esta hubieran ocurrido.

Solo deseo que esa noche de lunes, el universo paralelo del que les hablé, se haya apoderado de ella, que no haya sentido dolor, que su mente se haya desconectado de su cuerpo antes del ataque, y que sé, porque existes, que la bendigas, y que sé porque existes, que a él… a él no.

 

Nota escrita por

Humberto Castañeda

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