Cottolengo no estaba en mis planes: Padre Raúl Kemp Lozano

14 de octubre de 2014

Cottolengo no estaba en mis planes: Padre Raúl Kemp Lozano

“Cottolengo no es un albergue, no es un asilo, no es internado, es un Centro de Rehabilitación” nos explica el Padre Raúl Kemp Lozano, director del Centro de Rehabilitación para Alcohólicos Cottolengo Yucatán.

 “Aquí no hay internos, aquí hasta los dos meses reciben visitas, a los cuatro meses salen el sábado en la mañana y regresan el domingo, entonces aquí les llamamos residentes. Interno es el que está en la cárcel, en un psiquiátrico, etc. El tratamiento que damos aquí es muy humano. La gente que viene a Cottolengo, viene por sí misma, porque la traen o por darle gusto a su esposa, a sus hijos o a su patrón porque eso no funciona así, el alcohólico o drogadicto viene por sí mismo, porque él quiere dejar de  beber y dejar de drogarse” comentó.

Conocido como “El Padrino”, el padre Kemp señala que el sistema de rehabilitación de Cottolengo se basa en el programa de los Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos. Las personas que llegan a Cotollengo reciben rehabilitación por nueve meses, y lo importante, es que a diferencia de otros lugares ahí no hay enormes muros y puertas para evitar que se escapen. Los que están es por voluntad propia con el deseo de dejar atrás sus adicciones.

“El Padrino” nos cuenta cómo surge la idea de fundar Cottolengo hace 30 años:

 “Cottolengo no estaba en mis planes pero muchas las necesidades hacen que tu pienses que hace falta algo en la sociedad. Un día me llamó un alcohólico para que yo fuera a interceder para que lo aceptaran en su casa porque ya lo habían sacado, fui con él y rotundamente sus hijos me dijeron que no, que ya le había dado oportunidades y que no lo aceptaban. Lo dejé en el parque del Chem-Bech y 15 días después me avisaron que había muerto y eso fue como un rayo de luz de decir: hay que hacer algo por esta gente, no podemos dejarla morir como perros” indicó.

A 29 años de distancia, el Centro de Rehabilitación Cottolengo Yucatán  ha rehabilitado a más de 7 mil personas adictas al alcohol y las drogas. Este centro tiene capacidad para 120 hombres. Los únicos requisitos para ingresar son tener la voluntad de dejar de beber o drogarse y tener entre 20 y 52 años de edad.

La estancia, alimentación y rehabilitación son gratuitas. El Centro Cottolengo se sostiene gracias al apoyo de las fundaciones Juan E. Millet Rendón, el Patronato Yucatán, A.C. y las Voluntarias Vicentinas. La asistencia médica es proporcionada por enfermeras de las Hermanas de la Caridad.

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