Asesor funerario, un oficio singular

03 de noviembre de 2015

Asesor funerario, un oficio singular

Hay trabajos que seguramente nos harían pensar mucho antes de aceptarlos. Uno de ellos, sin duda, es el de “Asesor funerario”. Franklin Ariel Martin Salazar,  de 28 años de edad, es uno de ellos desde hace 8 y nos narra sus experiencias, se dice un hombre frío pero confiesa que ha llorado, cree que lo ha visto todo y que ha perdido la sensibilidad, pero ocasionalmente se conmueve y sólo piensa en dar calor y esperanza a los deudos.

Aquí un resumen de su historia:

- ¿A qué te dedicas Franklin?

- Yo me dedico al negocio de las funerarias, soy asesor funerario de la Misericordia. ¿Hace cuánto tiempo que eres asesor funerario y en qué consiste ese trabajo? Hace unos 8 años me dedico a este oficio y básicamente estoy en la puerta de los hospitales para auxiliar a quienes pierden algún ser querido, trato de hacerles más llevadero el dolor al prestarles los servicios necesarios para la velación, el entierro o la cremación.

- ¿Qué te lleva dedicarte a este trabajo?

- Yo llego unos años atrás con la necesidad y pues me lo ofrecen en aquel tiempo, es un trabajo que casi nadie quiere, y yo, pues dije, voy a intentarlo, voy a ver si puedo hacerlo y afortunadamente ya tenemos un tiempo en carrera y pues veo que sí pude”.

Nos informa que en promedio atiende mensualmente a más de 30 fallecidos.

- En promedio, para que tu funeraria marche como debe de ser debes de atender de 30 a 35 cadáveres mensuales, prácticamente uno o dos por día, para que tu funeraria marche bien y sea redituable.

- ¿Es muy caro morirse en Yucatán?

-  En Yucatán los funerales son muchísimos más baratos que en cualquier parte de la República, puesto que aquí los servicios están entre 4 mil y 6 mil 500 pesos, aproximadamente, dependiendo del ataúd y si el cadáver requiere de embalsamamiento. Hay ataúdes hasta de 9 a 10 mil pesos.

- ¿Te acuerdas de la primera vez que tuviste contacto con un cadáver?

- Si me acuerdo, me acuerdo del nombre inclusive de la persona, fue una persona ya de la tercera edad que vivía en Cinco Colonias; fue mi primer día de trabajo, fue una madrugada, en mi vida había visto un cadáver. Fue algo fuerte para mí, puedo decir que te llega una adrenalina, en ese momento de dejar de sentir el miedo y hacer tu trabajo.

 - ¿Qué sentiste?

- En principio el tocar el brazo de una persona que ya está inerte, créeme que estaba helado, créeme que sientes que va a abrir los ojos, que te va a agarrar, sientes varias cosas y el miedo lo tienes que controlar, ahora el único miedo que tengo es a que vendrá el día de mañana, el miedo se te convierte, te vuelves de piedra, pierdes sentimientos, pierdes alegrías, este trabajo te deja sin sentir nada, muchas veces a mí me ha  tocado llegar a la casa, y mi esposa me dice ¿Cómo estás? a muy bien ¿y tú?, pierdes hasta en la casa te empiezas a generar problemas, yo tengo una gran bendición pues mi mujer trabajó conmigo un tiempo

El miedo prácticamente se me ha olvidado, insiste, para estas fechas si lo recordamos un poquito, porque para estas fechas sí tenemos escalofríos, pero pues es parte de esto no es algo que digamos, nos van asustar, digamos es normal, son energías positivas o negativas que se manejan en un entorno pero no te afectan mutuamente”.

A pesar de ver la muerte con normalidad, ha habido casos en donde la tristeza le gana

- ¿Qué pasa con el sentimiento de ver un cadáver, de saber que tuvo una historia, de saber que tuvo hijos, de saber que deja hijos pequeños, de saber que a lo mejor deja un esposa o un esposo, de saber que no tuvieron la oportunidad de despedirse, que pasa por tu cabeza y tu corazón en ese momento?

- Pues por nuestra cabeza pasan muchas cosas, imagina que nos han tocado casos de gente que se ha ahogado, gente que se ha ahorcado, desgraciadamente en Yucatán somos el primer lugar donde a la gente le gusta, desgraciadamente se quita la vida.

Nos ha tocado y se requiere temple para vestirlos o bañarlos para arreglarlos estéticamente, nos damos cuenta que el rostro es triste o pensativa la cara, te refleja muchas cosas y sí a veces sentimos,  mucho sentimiento.

A mí me tocó un caso de un niño, me destrozó y creo que es de las dos veces que he llorado en todo este tiempo, porque 8 años inició a vivir, el cual indefenso estaba jugando, se desnucó y falleció, pues me tocó que mi jefe de buena generosidad casi, casi le regalaron el sepelio, y yo he tenido la desgracia de perder a mi padre, créeme que fue más fuerte de todo lo que he vivido acá.

Por eso entiendo a las personas cuando llegan conmigo y están llorando y yo les digo vamos a estar bien, pero pues en realidad yo sí puedo estar bien, porque yo no estoy sufriendo, ellos son los que sufren y es muy difícil decir que no sentimos, porque a veces es tanta gente que llora o que hemos visto, y si a veces nos da ganas de abrazarlos y decirles que estarán bien.

 

Al finalizar la entrevista, Franklin Martin dice que se siente muy orgulloso de su trabajo, sobre todo porque le permite ayudar a la gente a tener un proceso doloroso más tranquilo.

El contacto con los cadáveres puede volverte un hombre frío, pero la convivencia con los deudos te cala el corazón

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