Ambulantes rechazan ir a un mercado o casona colonial

En un sondeo que realizamos en el Centro Histórico, la mayoría de los ambulantes se opone a dejar las calles para ir a algún mercado o casona colonial, como vislumbra el Ayuntamiento de Mérida  a petición de empresarios como medida para disminuir el comercio informal.

De 10 vendedores que entrevistamos al azar, cuatro rechazan reubicarse, uno quiere un puesto y cinco se negaron a hablar del tema con el reportero.

Doña María Chan, que tiene su puesto ambulante de frutas y dulces en una esquina del Portal de Granos, afirma que el comercio de un informal está en la calle, además que sería injusto que algunos vayan al mercado San Benito, por ejemplo, y miles aprovechen a los clientes de las calles.

Joel Palacios Hernández dice que prefiere un puesto en algún lugar con clientela porque es incomodo soportar el calor y la lluvia en un rústico puesto de tablas para vender mangos frente al mercado Lucas de Gálvez.

La señorita Laura Beatriz enfatiza que no se movería con su puesto de chinas de las calles de Mérida porque ahí están los marchantes que le compran. Un posible traslado de su comercio ambulante al mercado San Benito sería la quiebra de su sencillo negocio.

El joven Edwin, que vende mangos, afirmó que los vendedores del San Benito salen corriendo del centro de abastos y que las ventas están en las calles.

La mayoría de los vendedores ambulantes que no quisieron hablar con el reportero eran varones. Unos pusieron cara de enojo, otros son empleados del puesto y unos más se justificaron que sólo su esposa tiene el valor de hablar ante los micrófonos.  

Los informales que declararon afirmaron que las ventas van a la baja porque los clientes ya no son leales y cada día hay más ambulantes. Sin embargo, permanecerán en las calles a pesar que los correteen.