Abuelitos festejan las fiestas decembrinas.

Diciembre trae consigo regalos, fiestas, sonrisas, alegrías y gran momento de paz armonía en compañía de nuestros seres queridos, amigos, vecinos y demás.
Los abuelitos del asilo Brunet Celarain no se quedan atrás, ya que también celebran la navidad y el año nuevo, como todos, solamente que a diferencia, conviven entre ellos mismos en compañía de las hermanas y las cuidadoras quienes durante todo el año velan por su bienestar y seguridad.
Al recorrer los pasillos del lugar, nos pudimos percatar de que, a pesar de estar alejados de sus familiares son felices y están tranquilos riendo y platicando entre ellos, recordando sus viejos tiempos aquellos en los que no se parecen en nada a los que se viven actualmente.
Como todos, para las cenas navideñas y de año nuevo, en la mesa ponen pavo, frutas, dulces y hasta vino para brindar, les ponen música, cantan y los que pueden hasta bailan.
Hay quienes aseguran sentirse mejor y más tranquilos en el asilo que en sus propias casas, al principio si es duro porque están acostumbrados ese estilo de vida que llevaban por años, pero como dicen ellos, a todo se acostumbra uno.
“Yo me llamó Isa María García, vivo aquí cerca pero como hace años que vivo por acá, venía a misa todos los días, entonces cuando me operaron de la vista, ya no podía cruzar la calle, y aquí primero es la misa, después nos pasamos al comedor, nos dan champagne, nos dan cerveza, bueno una cena bonita” comentó.
Al término de la cena y los festejos, se retiran a sus dormitorios y descansan, porque al día siguiente tienen que estar frescos como lechugas porque sus seres queridos van a visitarlos y estar un tiempo con ellos.
Los años no pasan en vano, y la alegría que desbordan estos abuelitos es digna de aplaudir porque pese a las adversidades siempre estarán agradecidos con la vida.