Yucatán no sólo sabe a cochinita, la jícama también es uno de sus sabores

Para hablar de Yucatán se recurre a referencias como la pirámide de Chichén Itzá o los indicadores de seguridad, entre otros ejemplos. Pero también Yucatán tiene nombre y apellido, en las historias que escriben cada día sus ciudadanos. 

En esas páginas convergen Carlos Emmanuel Mo Ventura y la jícama. Este ciudadano de Maxcanú tiene a este tubérculo como su principal actividad económica.  

Entre otras presentaciones, la preparan en helado.

Comentó que en Maxcanú tenemos un local que se llama Nocheto el abuelo Cheto. Estamos en el mercado municipal, en el segundo mercado municipal de Maxcanú, y también tenemos una pequeña fábrica, que está ubicada por la Secundaria Técnica N°5 de la misma población.

Este ciudadano de Maxcanú no solo convierte la jícama en un helado o en una horchata, sino busca recuperar el sabor heredado de sus ancestros yucatecos.

Afirmó que se va generando un recuerdo, situaciones que crean emociones, porque mucha gente, cuando prueba la jícama, si es oriunda de Maxcanú y por diversas circunstancias tuvo que irse a vivir a otro lugar, le recuerda cuando compartía con sus abuelitos la jícama y vemos cómo van generando esos recuerdos.

Señaló que ellos conservan exactamente el sabor a la jícama de Maxcanú, el cual trasladan a los diferentes productos y presentaciones que elaboran.

Eso le ha permitido, que, sin salir de su natal Maxcanú, este yucateco pueda tener una actividad rentable con lo que se produce en el suelo de su municipio.

Señala que él vive de la elaboración de helados y de jarabe concentrado, que en este caso tenemos un jarabe que igual es el ícono de Maxcanú que se está viviendo de la jícama. Para esta temporada viene a sobresalir lo que es la horchata y el helado de jícama, destacó.

Yucatán sabe a cochinita pero dentro de sus sabores también está la jícama, un sabor que nos lleva hasta Maxcanú, uno de los municipios donde se puede llegar en el Tren Maya.