“Veremos…”

El lunes escuché que la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó el uso lúdico de la marihuana, es decir, fumar marihuana por el placer de fumarla. Por lo que entendí, dejaron algunas obvias restricciones como sucede con el consumo del alcohol, además de tener que ir a pedir permiso a la secretaría de salud para poder consumirla. No me queda claro si el permiso se solicitará a la Secretaría de Salud estatal o a la federal. 

Sin embargo, ayer martes leí que el presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró en contra de la legalización de la mariguana para uso lúdico, explicó que al interior del gabinete de seguridad no hubo consenso y por eso se esperó a la decisión de la SCJN. Advirtió que si esta decisión no reduce las adicciones o fomenta la violencia enviará una reforma de ley al Congreso para revertir su legalización y dejó en claro que con la hierba jamás cobrará impuestos. 

Me sorprendió que el presidente haya dejado correr las cosas solo para decirnos que no quiere que nos portemos mal. Podría uno pensar que a final de cuentas esto es un experimento en el que se le va a permitir a la ciudadanía mexicana mayor de 18 años fumar marihuana siempre y cuando no se armen escándalos, porque si hay malos comportamientos, le dirá al Congreso que siempre no. 

De esta forma y debido a los altos índices de violencia que existen en el país, pues pareciera que ya estuvo, que pronto seremos regañados. Independientemente de la marihuana, me sentí a mis 60 como un niño al que le regalan un juguete pero bajo la condición de usarlo como indican los papás, porque si no, lo recogerán y guardarán en un armario con llave. 

En lo personal, hubiera preferido escuchar a la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, comentar al respecto del pronunciamiento de sus colegas. Nuestra secretaria es muy abierta y dice cosas muy simpáticas. A ella sí, la siento de mi generación.