Septiembre, mes de la Patria, y sus páginas negras…

El noveno mes del año comenzó como siempre lo hace: con muchas  lluvias y sacudones de tierra que nos recuerdan que como seres humanos somos vulnerables.

Septiembre no solo es el mes de la Patria sino también el mes que más ha sufrido México,  por ejemplo, recordemos los terremotos de 1985 y de 2017 ambos marcados en el calendario en el día 19, los que fuimos testigos de estas dos desgracias sabemos lo que sienten los hermanos de la capital, en segundos no solamente edificios colapsan si no cientos de vidas se pierden, y entre escombros se recrudece una funesta realidad. 

El pasado martes de nueva cuenta las alarmas sísmicas sonaron en la Capital del país reviviendo los recuerdos de esos trágicos hechos que enlutaron la historia nacional, el pánico  se apodera de las almas que al sentirse amenazadas recurren a todos los santos que México tiene, con un solo clamor, salir vivos. 

Por eso septiembre debe ser el mes nos recuerde que no hay poder humano que frene los embates de la  naturaleza, el noveno mes no solo debe ser el plato de pozole que añoramos cada año, mucho menos debe servir para celebrar la existencia de algunos héroes sacados de la manga para llenar de mitos la historia nacional. Es verificar como estamos en materia de Protección Civil,  como respondemos  ante  las  desgracias  que  en muchas veces los segundos son vitales. 

Pero, septiembre no solo es mes de terremotos en el territorio nacional, ya que mientras tanto, otros fenómenos naturales ocurren en el país, tal es el caso de nuestro Yucatán, que en este mismo mes, registró dos de los últimos grandes huracanes que afectaron al territorio, estos son: Gilberto, el 14 de septiembre de 1988; e Isisdoro, el 22 de septiembre del 2002. 

Por eso septiembre no sólo se debe reafirmar el orgullo de ser mexicano, también se debe reafirmar la precaución, protección civil y estar pendientes ante la necesidad de cualquier paisano ante un posible regaño por parte de la madre naturaleza.